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Música

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De los Beatles, como del cerdo, se aprovecha todo

Se subasta el escenario donde los Beatles tocaron cuando todavía no eran famosos y que se ha subastado junto a otros objetos suyos

A sheet of paper with partial "Hey Jude" lyrics, written by Paul McCartney for a recording session in 1968, is displayed in a Julien's Auctions warehouse in Torrence, California
Escenario donde los Beatles tocaron cuando todavía no eran famosos y que se ha subastado junto a otros objetos suyosJANE ROSSReuters

Cuando eres importante, todo vale dinero. Y si a eso le unes la nostalgia y cierto componente fetichista, aparece el delirio y la comedia. Así, ayer se pudo saber a través del diario inglés «The Guardian» que el 10 de abril saldrá a subasta el escenario de madera de un pequeño local de Liverpool donde actuaron los Beatles antes de que saltaran a la fama. También entrarán en la puja unas notas garabateadas apresuradamente por Paul McCartney para una grabación de estudio de la canción «Hey Jude» y otros trescientos artículos de recuerdos de los Beatles que se venderán en Nueva York, incluido un guión de rodaje anotado del vídeo musical de «Hello, Goodbye», de 1967, o un cenicero utilizado por Ringo Starr en los estudios de grabación de Abbey Road en Londres. Lo de los trozos de letras o guiones de filmaciones es más o menos común en las casas de subastas. Lo de un cenicero o, más todavía, el trozo del escenario, ya forma parte de esta locura que en el siglo XXI supone tener algo de algo. ¿Un escenario en el que actuaron The Beatles (sin Ringo Starr) antes de ser The Beatles? ¿De verdad? Las maderas en cuestión fueron retiradas de Lathom Hall, en Liverpool, donde la banda ofreció su primera presentación anunciada en mayo de 1960 como The Silver Beatles. La banda tocó allí diez veces más, hasta febrero de 1961, poco más de un año antes del lanzamiento de su single de debut, «Love Me Do». Se espera que se venda por unos 20.000 dólares. Y se supone que el dueño tendrá donde meterlo, y a ser posible haciendo juego con otros objetos. Quién sabe si con una tapicería, una pared forrada o el cuerno de alce.

«El escenario es una pieza única en el mercado», justificó Jason Watkins, especialista en música de Julien’s Auctions. «No hay mucho precedente en el mercado para algo como esto. Por tanto, será interesante ver hasta dónde se va de precio», añadió. Y es rigurosamente cierto, pues se desconocía esta etapa actual de delirio. Realmente, la historia de los Beatles se ha llenado de subastas con todo tipo de objetos. Desde los más interesantes históricamente hablando hasta los más estúpidos. Pero todo importa. Una vez se compraron a precio de oro dos expedientes de mala conducta de John Lennon durante el bachillerato y la peluquera del propio Lennon vendió un mechón del cabello del artista por 32.000 dólares. También es gracioso saber que la puerta de la casa donde creció Paul McCartney no es la original, ya que ésta se vendió en su momento por 6.500 dólares. Pero es que se llegó a subastar hasta el váter donde se aliviaban Lennon y Yoko Ono. La citada letrina alcanzó los 12.000 dólares, pagados por un admirador que, como se suele decir en estos casos, prefirió mantener el anonimato. Esto son las subastas, esto es el showbusiness, esto son los Beatles y esto es el siglo XXI. Y cuando se junta todo, pueden pasar cosas maravillosas.