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La película "Yalda. La noche del perdón", narra la historia basada en un reality show de televisión iraní de primera categoría

¿Muerte o perdón? El otro juicio mediático iraní

Tras pasar por Sundance y la Berlinale, Massoud Bakhshi presenta una estremecedora historia sobre la redención, la culpa y la justicia que transcurre en un plató de televisión

Pocos carburantes tan efectivos existen como las emociones para alimentar el mastodóntico aparataje de esos productos televisivos tan populares que constituyen los llamados “reallity shows”. Apelar de forma intencionada y con fines significativamente comerciales a la inteligencia de los sentimientos es la baza principal con la que opera un formato que en los últimos meses ha cobrado especial relevancia, sin ir más lejos aquí en España con la docuserie de Rocío Carrasco “Contar la verdad para seguir viva”, e incluso transgredido la línea de lo sensacionalista para establecerse en el complejo territorio de la justicia paralela. En un país como Irán existen programas cuya especialidad consiste en montar un teatrillo y poner en juego el perdón de convictos. La culpabilidad de un asesino o de una persona que ha cometido un delito queda en manos de un público convertido a golpe de mando en juez y parte del asunto en cuestión de tal manera que su vida queda supeditada al escrutinio de los espectadores, por inverosímil que pueda sonar.

Es precisamente en ese componente de surrealismo en donde el director Massoud Bakhshi ha encontrado la fuente de inspiración necesaria para su nueva película, “Yalda, la noche del perdón”. El cineasta iraní cuenta por videoconferencia a LA RAZÓN el grado de veracidad del relato: “”Luna de miel”, el programa en el que está basada la película, estaba entre los más vistos de Irán. Aquí hablaban del perdón, pero no necesariamente del perdón hacia alguien que había matado a otra persona. Quise dramatizar un poco esto y para ello me tomé ciertas libertades. Todo es perfectamente realista, se ajusta a la verdad de este tipo de programas, excepto la votación por SMS. Nunca se votaba. Existía la familia que venía a pedir perdón, la familia que iba a perdonar, el montaje…etc, pero no lo de los SMS”.

Un fotograma de "Yalda, la noche del perdón"
Un fotograma de "Yalda, la noche del perdón"ImdbImdb

Envuelta en una atmósfera asfixiante por la crudeza de la narrativa expuesta, la cinta de Bakhshi transcurre de forma íntegra en un plató de televisión y relata la historia de Maryam, una joven de 22 años que ha sido sentenciada a muerte por matar accidentalmente a un marido que le triplica la edad. Buscando el perdón de Mona, la hija del fallecido, la joven participa en el mencionado reallity para salvarse. La controvertida Ley del Talión vertebra las bases religiosas del país pero también las sociales, tal y como señala el director. “El caso es que dentro de las religiones, sea cual sea, el ojo por ojo, es probablemente sea el concepto más antiguo que exista. Lo bueno de Irán, es que existe una excepción legal llamada perdón, algo que personalmente me parece maravilloso y al mismo tiempo una de las cosas más importantes del mundo aunque es muy difícil de aplicar, porque depende de forma directa de la gente “normal”, es decir, ni de los jueces, ni de abogados, ni de fiscales. En la película de hecho se ve cómo la historia de Maryam impacta en las demás mujeres, que empatizan con lo sucedido y añaden un componente muy emocional al relato. No tenemos que olvidar que el perdón es la base de la religión”, indica.

Tras el veto estatal sufrido durante el estreno de su anterior película, el cineasta ha tardado ocho años en sacar adelante una película que ya ha pasado por festivales como Sundance o la Berlinale y cuya protagonista ejemplifica las dinámicas culturales del matrimonio en países eminentemente conservadores y marcadamente machistas. Pese a ello, Bakhshi contextualiza esperanzado la situación de la mujer en Irán: “No sé si sería socialmente aceptable en mi país que fuera una mujer quien le triplicara la edad a su marido, pero legalmente sí. Hay que pensar que el tipo de matrimonio que representa Maryam, no está muy bien visto por la sociedad iraní. En los pueblos todavía, pero lo que es en las ciudades no. De hecho, en la película, hay críticas en un momento dado porque la acusan de haber aceptado dinero a cambio de casarse con alguien mucho más mayor que ella, pero Maryam se muestra firme y dice que se casó por amor. Si la mujer fuera rica, el hombre probablemente también aceptaría los términos del matrimonio, pero igualmente sería una situación muy criticada. Tienes que pensar que nuestra sociedad es todavía muy tradicional”, apostilla.

Y añade: “En cuanto a la situación de las mujeres, ha mejorado muchísimo en los últimos años. De hecho te diría que mejora día a día. Una de las pruebas es que hay muchas más mujeres estudiando en las universidades que hombres y te pondré otro ejemplo: durante el rodaje de la película, todo el equipo de técnicos, eran hombres. Pero cuando entré y me senté en un estudio de televisión por primera vez me di cuenta que la mayoría de los técnicos, la productora…eran mujeres. De modo que decidí cambiarlo. Al tener cada vez más acceso a la educación, creo que las mujeres están demandando más derechos sociales y más trabajos que ahora pertenecen a los hombres”.

En el transcurso de una sola noche, la más larga del invierno, ocurre todo. La culpa, el perdón, la clemencia, el espectáculo, la monetización de la miseria, la ira o la complacencia. “Todavía me sigo considerando un director de documentales. Todo esto nació porque vi dos documentales acerca de mujeres condenadas y ejecutadas. Eran criminales, asesinas, de acuerdo, pero también al mismo tiempo, eran víctimas de la sociedad, del sistema. Fue algo que me dolió mucho y decidí hacer una ficción sobre este tema. A partir de ahí el guión fue desarrollándose porque vi un programa de televisión y decidí enfocarlo sobre esto”, reconoce.

Otra escena de la película de Massoud Bakhshi
Otra escena de la película de Massoud BakhshiImdbImdb

“No es casual que todo suceda durante el Yalda –remata Bakshi–, la festividad más importante en Irán y que se remonta a la antigua Persia. Es preislámica, se calcula que puede tener unos 3000 años de antigüedad y viene directamente de la religión zoroástrica. Lo cierto es que tiene un significado muy especial para nosotros, nos reunimos con la familia y rezamos o leemos el poema del famoso poeta persa Hashif y comemos frutos rojos. Decidí que la historia transcurriera durante esa noche porque si no se le perdonaba a la protagonista, el dramatismo era mucho mayor todavía. Ya no solo para los creadores del programa, sino también para nosotros, el público que ve la película. La historia sucede durante la que está considerada la noche más larga del año. Al día siguiente, la noche empezará a menguar y los días serán cada vez más largos. Vuelve la luz, vuelve el sol”. Una luz que, pese a la honestidad con la que debería proyectarse, algunas cadenas televisivas -con independencia de la nacionalidad y las diferencias culturales que puedan conllevar- parecen seguir empeñadas en seguir estirando, desvirtuando, explotando.