Audrey flack: «Toda mi pintura está llena de reivindicaciones»
Es la mirada femenina del hiperrealismo, la única representante del movimiento, uno de los nombres de la primera generación de artistas que redujeron a sencilla anécdota el espacio –a primera instancia insalvable– que separa la fotografía de la pintura. Imprimió a su obra una mirada personal que la separó de las motos y los coches, de esa fascinación por los instrumentos de la velocidad que sentían sus compañeros, y convirtió en reivindicación social lo que solamente parecía ilusión, trampantojo.
–Sus obras contienen un claro mensaje, sobre todo feminista.
–Todo mi trabajo está impregnado por reivindicaciones sociales. Y el feminismo es algo que reivindico. Me gustan mucho los hombres, pero cualquier persona inteligente es feminista, porque hablamos de igualdad y de los derechos de las mujeres. En este cuadro –señala su obra «Reina» (1976)– aparecemos mi madre y yo. Ella jugaba muy bien a las cartas y al ajedrez. Los dos juegos están coronados por el rey. Pero aquí aparece el naipe de la reina y la dama, que en el ajedrez es la única pieza que se desplaza con total libertad por el tablero. Ése es el significado. En esta obra reflexiono sobre el papel de la mujer.
–¿Le gusta que lo llamen realismo?
–Esta obra, (vuelve a señalar «Reina») es realista, pero también abstracta. Un crítico aseguraba que la pintura no podía violar el marco de la pintura, que debía tener su cielo y su suelo. Pero Cézanne fue inclinando el plano del cuadro, algo que se ve en las mesas de sus bodegones, y con Pollock, ese plano es vertical (rompiendo la norma suelo-cielo). Lo que yo hago es poner el plano vertical y, además, romper el marco. Pongo objetos por encima y por debajo deél, creando profundidad. Es realista por las figuras, pero también abstracto por su composición.
–¿Cómo ve el movimiento del hiperrealismo hoy en día?
–Ha sido uno de los movimientos más importantes del siglo XX y no sólo por la manera de recuperar la fotografía. De hecho hoy le gusta aún a la gente, aunque hay que reconocer que hay muchos hiperrealismos. La generación del principio se diferencia muy bien de los jóvenes que hoy siguen en esta corriente .
– Usted viene del expresionismo abstracto y terminó en la figuración. ¿Qué le atrajo del hiperrealismo?
–Los pintores hacemos arte para las personas. Eso no quiere decir que la pintura no tenga aspectos intelectuales. Pero es fácil de apreciar por qué puede interesar. Cuando ves las obras de todos nosotros, distingues lo que nos distingue a todos: nos interesa la luz, cómo se refleja la luz en las diferentes superficies, en el metal, en el cristal, en cualquier objeto sencillo. Nosotros pintamos luz. Lo que nos diferencia son los temas que tratamos. A mí no me gustan los coches como a los chicos, por ejemplo.