Milán

El milagro de Christo: caminar sobre las aguas

El artista búlgaro hará posible que se pueda caminar sobre. el lago de Iseo, en Italia, donde ha colocado una inmensa plataforma de tres kilómetros que ha despertado enorme expectación. Se espera que en 15 días, el tiempo que permanecerá instalada, la atraviesen medio millón de personas

Tres kilómetros. La nueva obra de Christo atraviesa una parte del lago italiano de Iseo, desde el municipio de Sulzano hasta la isla de Monte Isola
Tres kilómetros. La nueva obra de Christo atraviesa una parte del lago italiano de Iseo, desde el municipio de Sulzano hasta la isla de Monte Isolalarazon

El artista búlgaro hará posible que se pueda caminar sobre

el lago de Iseo, en Italia, donde ha colocado una inmensa plataforma de tres kilómetros que ha despertado enorme expectación.

Monte Isola es un lugar muy entrañable. Se encuentra en medio del Lago de Iseo, entre los territorios de la provincia de Bérgamo y la de Brescia, en Lombardía (norte de Italia). Su singularidad radica en que es la isla lacustre habitada más grande Europa. Pero este verano, durante dos semanas, se rebelará a la naturaleza y se convertirá en una península. Gracias a la acción humana, a través de la arquitectura. Será el escultor Christo Vladimirov Javachev (Gabrovo, Bulgaria, 1935), conocido internacionalmente como Christo, quien llevará a cabo la próxima obra que permitirá pasear sobre las aguas del lombardo Lago de Iseo, a unos 100 km al noreste de Milán y a 200 km de Venecia. La merecida fama de este artista se encuadra dentro de lo que se conoce como «land art», esto es, una rama del arte contemporáneo que utiliza la naturaleza como arte para dar forma a un determinado paisaje. Esta tendencia aparece por primera vez en los paisajes desérticos de Estados Unidos en la segunda mitad de los años sesenta, donde muchas veces es difícil separar la escultura de la arquitectura.

«The Floating Piers» (en inglés, Los Muelles Flotantes) es el título con el que el artista nombra un proyecto que se podrá disfrutar desde el sábado y hasta el 3 de julio del verano de 2016. La estructura prevé unos 70.000 metros cuadrados de superficie transitable, de color amarillo, compuesta por 200.000 cubos de polietileno de alta densidad, para que la obra pueda estar siempre por encima del nivel del agua. En lo que se refiere al color de la pasarela, el arquitecto explicó recientemente: «No hay que fijarse sólo en un determinado elemento de la obra, sino en el conjunto: la pasarela, las olas, los árboles, el cielo. Además, el color cambiará con la luz, de día parecerá oro brillante, mientras que el naranja prevalecerá al atardecer». Durante la presentación, que se celebró ayer, el artista aseguró que «me interesan todas las cosas que se pueden disfrutar, sentir, que son placenteras ¿Qué hay más placentero que caminar?», se preguntaba. El comisario Germano Celant celebró que «Christo ha vuelto», ya que esta obra significa la primera a gran escala desde que el artista realizara junto a su esposa, Jeanne-Claude, fallecida en 2009, «The Gates» (Las puertas, 2005) en Central Park de Nueva York.

Los visitantes podrán pasear desde la localidad de Sulzano a Monte Isola, pasando incluso por la microscópica Isola di San Paolo, de unos 100 metros de largo y 50 de ancho. Según los organizadores de la monumental obra, «el conjunto paisajístico será aún más apreciado a través de nuevos ángulos y perspectivas». En total serán 3 km de camino flotante sobre las aguas del Lago de Iseo, con una anchura de 16 metros y 50 centímetros de altura sobre la superficie acuática. Todo está previsto incluso para el final de la propia obra: cuando ésta acabe, todos sus materiales serán removidos y reciclados para usos industriales.

- Decenas de socorristas

La pasarela permanecerá abierta de forma gratuita y durante todo el día siempre y cuando las condiciones meteorológicas permitan el acceso y decenas de socorristas velarán por la seguridad de quienes recorran la obra, pues está previsto que se pueda producir algún accidente provocado por la curiosidad de los viandantes. «Nosotros nunca inventamos nada. Tomamos prestado el lugar, lo modificamos durante unos días, y luego nos vamos. Nuestros proyectos no pueden permanecer, son reales pero también irracionales. La libertad es enemiga de la posesión: por eso las obras duran poco tiempo y no cobramos ninguna entrada», explicó Christo en una reciente entrevista al «Corriere della Sera».

En total, la obra costará 10 millones de euros: «La financiación ha llegado a través de la venta de mis obras», ha admitido el escultor en el Museo MAXXI de Roma hace un año. Christo lo que hace es vender unos magníficos y coloridos bocetos como obras de arte contemporánea para garantizar una solidez económica para la viabilidad de la obra física. En pocas palabras, hasta la pintura está dispuesta a colaborar por la arquitectura. Todo está listo para arrancar, se habla de una realización en tiempo récord, de 4 a 5 días: turnos de ocho horas, sueldos, guardas de seguridad y almuerzos incluidos.

La idea de «Los Muelles Flotantes» le surgió ya en el año 1970, en su apartamento-estudio de Manhattan, en una quinta planta, una más arriba que su mujer. Pero nunca consiguió ponerla en marcha, y eso que tuvo ocasión, en un primer momento, de hacerlo en Buenos Aires (Argentina). Pero finalmente el proyecto fue rechazado. «Conozco el Lago de Iseo desde los años sesenta. Lo elegimos porque me gustaba mucho Monte Isola, sobre todo la idea de que no estuviera conectada a la tierra firme. Además, está muy cerca de Milán y está lleno de pescadores», detalló tiempo atrás el artista. «En un primer momento pensamos también en el Lago de Garda, pero en algunos lados es demasiado lineal; y el Lago Maggiore resulta demasiado irregular», reflexiona el escultor, famoso por «envolver» edificios tan emblemáticos como el Reichstag, que provocó una auténtica conmoción y acaparó titulares en todo el mundo.

El artista, hoy con nacionalidad estadounidense, aconseja incluso quitarse los zapatos en el momento en el que la obra esté terminada y sea transitable: «Es una experiencia muy sexy y visceral», admite. Para él, es la mejor opción para vivir la experiencia de sentir el movimiento de las olas bajo los pies. La idea sería como la de caminar sobre la alfombra de nuestra propia casa, pero en plena naturaleza y separados a apenas centímetros del agua del lago.

- Vuelta a Italia

Christo, ya octogenario, ha estudiado en Sofía (Bulgaria), Praga (República Checa) y Viena (Austria). Llegó a París (Francia) en 1958 y se contagió y unió a los movimientos del nuevo realismo. Será en 1964 cuando se desplazará a Nueva York (Estados Unidos).

Trabajó toda la vida con su pareja artística y esposa, la conocida Jeanne-Claude Denat de Guillebon, fallecida en 2009. Hacía más de cuarenta años que sus obras no regresaban a Italia, como «Wrapped Fountain» y «Wrapped Medieval Tower» en Spoleto, en 1968; «Wrapped Monuments» en Milán, 1970; y «Wrapped Roman Wall» en Rome, entre 1973 y 1974. Hoy, cuatro décadas después de que levantara su última obra en el país transalpino, sigue teniendo muy presente a su mujer y sigue recordándola aún más ante desafíos como el que está por venir, que le llevará a caminar sobre las aguas de ese lago italiano que conocieron en los años 60. Por eso Christo, cuando habla, todavía hoy utiliza siempre el plural.

«The Mastaba» será permanente

«The Mastaba» será el siguiente proyecto que el escultor nacionalizado estadounidense realizará tras el del Lago de Iseo. Se levantará en pleno desierto de los Emiratos Árabes Unidos, cerca de la ciudad de Liwa, a 160 kilómetros al sur de la ciudad de Abu Dhabi. Concebida en 1977, esta obra constará de 410.000 barriles multicolores y será la escultura más grande del mundo. «The Mastaba», que toma su nombre de un tipo de edificación funeraria del Antiguo Egipto, al contrario de todos los proyectos de gran escala anteriores de Christo (en la imagen, ayer, en Iseo), será permanente.

El arte del boceto

Uno de los proyectos de Christo y Jeanne-Claude más pospuestos de los últimos años es «Over The River» (en la imagen), una obra temporal que prevé la presencia, durante dos semanas, de un camino de casi 10 kilómetros de paneles color plata por encima del río Arkansas (Colorado, Estados Unidos) divididos en ocho tramos a lo largo de un recorrido de más de 60 kilómetros. La idea, gestada en 1992, sigue todavía pendiente de aprobación por parte de las autoridades americanas. Christo no aceptará patrocinadores ni inversores ya que, como de costumbre, financiará su obra con la venta de sus bocetos, concebidos también como obras pictóricas.