Hércules apoya su clava en el Palacio Real
Patrimonio Nacional recupera una escultura de Hércules del siglo XVII
La piel y la cabeza de un león que porta, junto a las tres manzanas que lleva en su mano, hacen imposible que no sea otro que Hércules. Sí, ése mismo que ha sido representado hasta la saciedad durante toda la historia. Hecho tan común que hizo que nadie reparara en que esa estatua que ornamentaba uno de los modestos jardines –prácticamente abandonado– del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente pudiera ser una valiosa pieza que en su día ocupó las reales instancias de Aranjuez.
Sin embargo, ahí estaba, olvidado y soportando desde hace un siglo una contaminación de Madrid que había dejado huella en sus poros. Hasta que Ana Luengo –una de las responsables de la restauración–, invitada por el Ministerio para recuperar aquel lugar, la vio y se «enamoró» –dice–. No tuvo dudas desde el inicio de ese amor a primera vista que lo que tenía delante encajaba con un mundo que conocía a la perfección como eran los jardines de Aranjuez, donde en su día puso el foco de su tesis. Ese Hércules tenía todos los componentes que le convertían en una de las estatuas esculpidas para embellecer el Jardín de la Isla.
De esta forma, se logró identificar la pieza, «Hércules apoyado en su clava», que desde hoy se expone en el Palacio Real. En «uno de los espacios más bellos de la parte privada del Palacio que se ha abierto a la visita pública», explicaba esta mañana en su presentación José Luis Díez –director de las Colecciones Reales–, haciendo referencia al dormitorio decorado a la italiana de la reina María Luisa: «El mejor lugar para presentar obras singulares, adquisiciones o piezas con un protagonismo especial».
Ahí se ha situado esta pieza de 400 kilos, cuya porosidad de la piedra –muy similar al mármol– ha sido una de las principales dificultades de la restauración y de limpieza ya que a sus 400 años a la intemperie hay que sumar, al menos, cien en uno de los sitios con más polución de la capital, «por lo que la suciedad estaba muy enclaustrada», explicó Díez. Aun así, se ha querido destacar lo bien conservado que se conservaba este Hércules salido de «talleres genoveses con influencias florentinas», a excepción de dos marcas a la altura del cuello y los pies que refleja que alguien «quiso cercenarla con una sierra radial».
Se sigue así una tradición del héroe griego que históricamente ha ido ligado a la monarquía, desde que, ya en tiempos del emperador Carlos V, el emblema de las dos columnas se impusiera en el escudo de España.