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Carmen Calvo: «Si uno se aburre es mejor que se retire»

Inaugura en Madrid una exposición en la que interviene sus propios libros, así como imágenes de los años treinta, con objetos encontrados y el sentido del humor que la caracteriza
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Carmen Calvo llega a Tiempos Modernos, la tienda de muebles ubicada a dos pasos del Teatro Real, con la maleta en la mano. Viene directa de Atocha, a donde llegó en tren desde Valencia, a revisar los últimos detalles de «La solitaria ortografía», la muestra con la que el local inaugura la temporada por todo lo alto. Son 14 piezas en las que se reconoce inmediatamente a la artista que ha hecho de «l’objet trouvé» el hilo que entreteje su obra. A Calvo le hace ilusión exponer en un espacio distinto a las paredes blancas de una galería tradicional. En Tiempos Modernos sus piezas –libros y fotografías intervenidos con delicadeza y mucho sentido del humor– conviven con sillones de terciopelo azul, estanterías art déco y un trío de globos terráqueos que llaman la atención de la artista. «Me interesa todo lo que se sale de lo normal. Hay que ir mirando otras perspectivas, porque si no la pintura acaba por ser aburrida. Y no hay nada peor que el aburrimiento. Si uno se aburre es mejor que se retire. Me lo digo a mí misma, ¿eh?», afirma entre risas.
–Ha titulado la exposición «La solitaria ortografía». ¿Qué papel tienen las palabras en su trabajo?
–El arte, como la literatura, es solitario, porque ambos nos sirven de refugio. Los libros están intervenidos con objetos, y estos tienen la capacidad para evocar reacciones que nos cogen por sorpresa. La frase es de David Dorenbaum.
–Mencionaba la capacidad de evocación de los libros. ¿Es esta muestra un viaje a la memoria, al pasado?
–Yo no remito a nostalgias sino a un tiempo, a mi tiempo. Porque la nostalgia no sirve, a mí me sirve la memoria, y la memoria es el día a día, uno mismo.
–Inaugura el martes un mural en el Instituto Valenciano de Arte Moderno que hace referencia a la igualdad de género. ¿Qué importancia ha tenido lo femenino en su obra?
–Cuando me pidieron hacer el mural no fue cuestión de atenerme a un tema que no hubiera tocado con anterioridad. Yo hablo del ser humano. No solo de la mujer, sino del individuo y de la sociedad. Lo interesante es que estará en la fachada del IVAM y que tiene nueve metros de alto, por lo que, aunque sea un museo, estamos jugando con un tema publicitario. Es una imagen fuerte, así que ya veremos qué pasa.
–¿Entonces no le interesa resaltar lo femenino de manera particular?
–Conocemos la situación de la mujer y sabemos que es necesario que vayamos hacia adelante, pero para eso hace falta cultura, para que no existan las animaladas, muertes y asesinatos que existen. Eso es cuestión de cultura, de educación. En fin, con 69 años lo único que puedo decir es que yo continúo y que es una lucha; pero para el hombre también lo es.
–Durante su larga carrera se le ha intentado clasificar en distintos movimientos artísticos. ¿Qué opina de las etiquetas?
–Soy pintora. Como decía Picasso: «Se puede pintar con objetos». Tampoco es nuevo lo que planteo. Es cuestión de conocer la Historia de la pintura. Desde que comencé ha habido un hilo conductor en mi obra: el objeto, o encontrado o manipulado por mí. Y siempre he tratado temas comunes en la pintura, como el paisaje, el bodegón o el retrato, clásicos que se mantienen vigentes.
–La ironía y el humor están muy presentes en su obra, ¿es usted una persona irónica?
–Me dicen que soy un poco agria en algunas cosas, aunque si uno no se ríe un poco de uno mismo... A mí me han gustado todos los irónicos.
–¿Por ejemplo?
–Buñuel. Pero podría decir Berlanga. O Almodóvar. Todos tienen una mirada específica. La nueva película de Tarantino, por ejemplo, la podría comparar con «Dolor y gloria». Los dos están hablando de sus vivencias. Uno desde La Mancha y el otro desde el Hollywood que ha vivido.
–¿Le gusta mucho el cine?
–Sí, aunque soy un poco antigua. Aunque Tarantino no es ningún antiguo, ni los hermanos Cohen, o Saura, que está muy bien.
–Veo partituras e instrumentos musicales en algunas de estas piezas, ¿es importante la música en su obra? ¿la escucha mientras trabaja?
–Todos los días estoy con música clásica, a la que hay que hacer el oído. Escucho ópera, jazz, pasodoble. Me gusta mucho la música, pero «mú-si-ca», no ciertos géneros...
–¿Algún músico que le despierte particularmente la creatividad?
–No necesariamente. Pero podría ser Verdi, Mozart, hasta Vivaldi. La paleta es muy extensa.
El lector
«Claro, me gusta mantenerme informada», asegura Calvo al preguntarle si acostumbra a leer la Prensa. Ante la cuestión de si lo hace en digital contesta vehemente: «Compro los diarios en papel. Hay que gastar el papel. Yo soy de papel», afirma, y señala las obras a su alrededor.

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