Caso Dalí: La prueba de ADN ya dio negativa
Dos estudios, en 2007 y 2009, concluyeron en su momento que el ADN de Pilar Abel Martínez y el del pintor surrealista no coincidían. Nicolas Descharnes explica a LA RAZÓN cómo se hizo en Estados Unidos esa primera prueba
Dos estudios, en 2007 y 2009, concluyeron en su momento que el ADN de Pilar Abel Martínez y el del pintor surrealista no coincidían. Nicolas Descharnes explica a LA RAZÓN cómo se hizo en Estados Unidos esa primera prueba.
La prueba de ADN que la jueza de Madrid ha autorizado realizar al cadáver de Salvador Dalí para verificar si es padre de PilarAbel, de 60 años, no será la primera que se le practique a quien fuera el esposo de Gala. La noticia de la autorización a la exhumación del cuerpo, que copó titulares hace un par de días, ha devuelto al artista a primera línea y no precisamente por motivos artísticos. Una de las personas que trabajó más cerca de él fue Robert Descharnes, convertido en su secretario. Junto a él, su hijo Nicolas se empapó del mundo surrealista del pintor, un imaginario único donde todo, según cuenta, puede suceder. No sería ésta, como ya hemos dicho, la primera vez que se practicaría una prueba de identificación al artista. En 2007 Nicolas Descharnes recuerda con claridad meridiana cómo uno de los más reputados médicos de Filadelfia, forense especialista en toxicología, el doctor Michael F. Rieders, se puso en contacto con padre e hijo dada su fascinación por la figura daliniana. Deseaba aislar el ADN del artista para lo que recurrió a su ayuda: «En agosto de 1984 de declaró un incendió en el Castillo de Púbol y Dalí, aunque afortunadamente solo resultó afectado con quemaduras leves hubo que ingresarlo en un hospital. A partir de ese momento, y tras su regreso a la Torre Galatea, se le alimentaría mediante una sonda nasogástrica. Mi padre guardó unas cuantas de recuerdo y es lo que ofreció para que se realizaran los exámenes», cuenta el joven.
De palabra
Poco tiempo después, en el citado 2007, la supuesta hija de Dalí, Pilar Abel, pidió ayuda a ambos, conocedora de la estrecha relación que mantuvieron con el pintor, para realizar una prueba de paternidad. Se tomaron entonces muestras extraídas de su boca para proceder a realizar los exámenes y confrontar ambos ADN. Los resultados fueron negativos: «Ella no estaba ligada a Dalí. Lo que sucede es que el resultado nos lo dieron oralmente, de palabra, es decir, que no tenemos ningún soporte de papel o documento que pueda probar o acreditar que el resultado de aquel análisis fue negativo», comenta Descharnes hijo. De aquello hace diez años, «tiempo en el que los avances y este tipo de pruebas se ha perfeccionado. Desde luego, si nos atenemos al veredicto del médico norteamericano el resultado es negativo», añade al tiempo que se muestra bastante reacio a que se exhume el cuerpo del pintor, «pues creo que se tendría que considerar siempre como la posibilidad última y final». A la pregunta de si cree veraz el testimonio de Pilar Abel, Descharnes hijo se toma unos segundos para contestar: «Él era un secreto en sí mismo y si hubiera sucedido incumbe a una parcela muy íntima y sensible que quizá habría guardado para sí durante toda su vida. Ahí nadie tenía derecho a entrar. Después de tantos años cerca de él he visto muchas cosas y creo que tenemos que ser lo suficientemente prudentes en una cuestión como ésta. Su pintura, su obra y él mismo son un enigma». ¿Y si los resultados de las pruebas de paternidad dieran la razón a quien dice ser sangre de su sangre?, le preguntamos, y él responde con una nueva cuestión: «En el caso de que así fuera, ¿sabría él que tuvo una hija? Sería interesante estudiar cómo es su producción a partir del año en que esta señora nace, 1956, para comprobar si en sus obras hallamos algo alusivo a la idea de maternidad, si, en el caso de que lo supiera y de ser cierto, lo reflejó en las telas que pintó. Habría que observarlos con lupa».
Pero la de 2007 no es la única prueba de ADN realizada hasta la fecha. En el verano de 2009, el programa de Telecinco «Factor ADN», una producción de Boomerang TV, se hacía eco del tema y para realizar el estudio utilizaba unos cabellos del pintor que conservaba el peluquero Lluís Llongueras. Este último confirmó ayer a este diario que el resultado del análisis fue negativo, aunque cree que «se hizo mal porque no se disponía de los medios que hay ahora». Fuentes cercanas a Boomerang TV recordaban ayer que el ADN no dio la razón a la supuesta hija del gran artista.
Con dinero de por medio
Llongueras también explicó a este diario que el pasado martes ofreció a la Fundación Gala-Salvador Dalí su ayuda porque «está claro que esta señora no es hija de Dalí. No haría falta desenterrarlo porque conservo cabellos de él de las veces en las que yo le corté el pelo», declaró. Desde Figueras ayer se prefería no hacer comentarios sobre este tema.
Quien tampoco ha querido hablar es Enrique Blánquez, abogada de Pilar Abel. Sin poder disimular su cansancio por el tema, el letrado declaró a este diario que «no vamos a hacer ningún comentario más a no ser que podamos sacar alguna compensación económica». Blánquez dijo que su cliente solamente hablará previo pago, aunque no quiso concretar qué cantidad hay que desembolsar para poder tener una entrevista con Abel.
El abogado, antes de hablar de «compensación económica», se mostró esperanzado en que la exhumación del pintor surrealista tenga lugar antes del mes de septiembre, cuando podría empezar el juicio sobre la supuesta paternidad. Igualmente confirmó que cuentan con testimonios que ratificarían la relación entre el padre de los relojes blandos y la madre de su representada. Enrique Blánquez se negó a facilitar el nombre de esas personas, pero aseguró que su testimonio se había hecho ante notario y que eran vecinos de Cadaqués, gente que habría trabajado con el maestro.
Si tenemos en cuenta que Abel nació en 1956, el círculo de Dalí en esos días, el que formaba parte del entorno de Port Lligat, era muy concreto. Desde luego no son muchos los testigos porque la mayoría de ellos han fallecido, comenzando evidentemente por el propio artista. Tampoco pueden haber dejado testimonio «ante notario» Gala Dalí, la esposa del pintor, que murió en 1982. Fallecidos también están Isidor Bea, el pintor que ayudaba al de Figueras en su estudio y que siempre demostró una gran prudencia en sus declaraciones a los medios de comunicación tras la desaparición de Dalí.
¿Y el servicio doméstico que trabajaba en la casa de Port Lligat? Artur Caminada fue uno de los hombres de confianza del artista y, al igual que Bea, tampoco era partidario de hablar públicamente sobre sus años con el matrimonio. Su fidelidad al maestro estuvo siempre fuera de toda duda, algo que su viuda ha respetado también.
Entonces, ¿quién es la fuente o el testigo directo en el que se apoya la supuesta hija? Todo hace pensar que estamos al principio de una historia de tintes absolutamente surrealistas.