Cinco años en la frontera del teatro social
Empezó en 2011, con José Sanchis Sinisterra ya en Madrid y habiendo dejado atrás su etapa como director de la sala Beckett de Barcelona. En su cabeza una idea clara: investigar los límites del teatro con la filosofía, la ciencia, la historia... y todo lo que se le pusiera por delante. Nuevos tiempos, nueva ciudad, nueva vida y nuevas circunstancias que fueron cogiendo forma y saltando abismos –dos de ellos más importantes, en los que hubo que lidiar con la desaparición–. «No era el mejor momento [económico]», reconocen. Sin embargo, aquella aventura, Nuevo Teatro Fronterizo, que comenzó en una nube y siguió como buenamente pudo pudo ya va camino de soplar las cinco velas.
Si es verdad que, mirando las cuentas, no parecía el instante idóneo para embarcarse en tal aventura, el panorama escénico decía lo contrario: «El teatro no asumía de una forma enérgica lo que necesitaba la sociedad. Buscábamos una generación de dramaturgos que respondiera al siglo XXI», explica un Sinisterra que recela de lo comercial. «La escena española es muy rica, pero el yugo del mercado hace que se continúe con fórmulas clásicas de éxito sin probar nuevas vías». Con ésas, y ayudados por terceros como Juan Diego o «Le Monde Diplomatique», se pusieron el mono de trabajo bajo su anagrama «forincre» (formación, investigación y creación).
Y como centro de todo un lugar muy concreto: Lavapiés, innegociable para el dramaturgo. «Ningún otro sitio tiene tanta multiculturalidad como este barrio, que se adapta a la perfección a la idea que queremos –añade–: que responda a los cambios de sensibilidad de la gente». En esta parte social es desde donde Nuevo Teatro Fronterizo busca –y encuentra– buena parte de su esencia: en el compromiso para abordar temas relevantes de la actualidad. «Ámbitos que generalmente el teatro no contempla», dicen. Y un sector en el que acuden al «dilema», ya sean organizaciones o particulares, para «singularizar la problemática de una forma artística y hacerles partícipes». ¿Lo próximo? El 23 de febrero: «En riesgo: jóvenes vulnerables». Aunque antes –mañana mismo– se estrena en Teatros Luchana «La cabeza de José», de Alicia Luna –oyente del Colaboratorio de NTF–, un cuaderno de notas que indaga en el sistema de investigación dramatúrgica de Sanchis Sinisterra. Como poner el foco de atención en la función innovadora de un texto que «debe seguir siendo investigado. Se pueden hacer muchas cosas nuevas desde aquí», apostilla.
Pero eso no deja de ser parte de lo que ya tienen, de su haber, de ese camino que se han labrado durante un lustro con un proyecto «difícilmente explicable». Ahora su objetivo lo tienen enfocado en buscar una cuarta vía a ese «forincre»: la exhibición. «Hemos lograd hacer visibles buena parte de nuestras producciones en lugares comon Luchana, Cuarta Pared o La Casa Encendida, pero lo que ahora buscamos es dar el salto y lograr un espacio propio en el que podamos desarrollar al completo todo lo que investiguemos en los talleres».
Luchando contra lo que se le ponga delante y emperrado en abrir la óptica de de los límites del teatro hacia algún lugar nuevo en la cabeza de José Sanchis Sinisterra confía Nuevo Teatro Fronterizo promete luchar por, para empezar, otros cinco años en los que dar altavoz a la actualidad social.