Buscar Iniciar sesión

Al Pacino se reinventa

El experimentado actor se enfrenta a su papel menos vistoso pero más honesto en «Señor Manglehorn», dirigida por David Gordon Green
larazon

Creada:

Última actualización:

El experimentado actor se enfrenta a su papel menos vistoso pero más honesto en «Señor Manglehorn», dirigida por David Gordon Green
Veinte años tardó Al Pacino en alcanzar la excelencia. Tras siete nominaciones al Oscar a mejor actor, la primera en 1972 por «El Padrino», en 1992 por fin recibió la estatuilla por su interpretación en «Esencia de mujer», que quedará indeleble en la retina de los cinéfilos. En esta película Pacino encarna al coronel Slade, retirado e invidente. Éste es un viejo desagradable, amargado y fanfarrón que recibe la compañía del joven Charlie, que intenta reunir algo de dinero con el trabajo. No obstante, cuando Charlie tiene problemas se descubre al Slade más sensible, alegre y amistoso, y ambos entablaran una bonita relación de maestro y aprendiz vital. A sus 75 años y alejándose de los focos más luminosos de Hollywood, Al Pacino recupera a otro anciano voluble como aquel coronel Slade, el señor Manglehorn.
Deprimido tras perder al amor de su vida, Manglehorn se transforma en un viudo egoísta, enclaustrado en el pasado y pesimista por decreto. Pero la hermosa Dawn (Holly Hunter) se cruza en su camino –al igual que Charlie en el de Slade– y tras mostrar recelos en relacionarse con ella se convierte en un hombre afable, cariñoso, que deja de ver el fin de sus días cada vez más cercano. Así, en «Señor Manglehorn» Al Pacino, en una batalla contra sí mismo, va desenmascarando al hombre rudo e histérico de la inmensa mayoría de sus filmes para mostrarnos al intérprete honesto, incisivo en su labor, y con una magnífica delicadeza y suavidad actoral que vimos en «Esencia de mujer». Y es que si la película gira alrededor del señor Manglehorn, el papel está elaborado a través de la figura de Al Pacino como afirma el director del largometraje, David Gordon Green: «Me senté con él y le escuché, así él mismo creó el personaje. Después, el escritor Paul Logan y yo lo diseñamos como un homenaje a su vida y su carrera. Yo quería que él sintiera que Manglehorn conectaba directamente con su personalidad. Hay referencias a sus películas desde “Tarde de perros” hasta “Scarecrow” y “Scarface”. También tomamos elementos de su vida personal. Es muy diferente a todos los papeles que ha grabado en los últimos 20 años. Fue una oportunidad para Al Pacino de seguir un camino extraño y creativo. Hubo bastante improvisación y exploración», explica.
La relación de Al Pacino con el filme está vinculada al mensaje de «reinventarse», en palabras de Gordon Green, quien también asegura querer transmitir que «no se debe vivir en el pasado por el amor del futuro». El escaso presupuesto con el que se rodó «Señor Manglehorn» no impidió a Al Pacino implicarse en el proyecto, y, cómo no, para su director su participación fue un auténtico beneficio, no tanto por su evidente atractivo para el público, sino por lo que supuso su presencia durante todo el trabajo: «Es una producción muy pequeña que filmamos cerca de mi casa, y cuando tienes una estrella como Al Pacino en una película poco costosa ésta se convierte en un trabajo de extrema libertad inventiva. Asumimos bastantes riesgos creativos con esta película pero tuvimos el apoyo de increíbles actores y productores que reconocían la voz imaginativa de Al Pacino».
Michael Corleone, Tony Montana, Frank Serpico... todos estos nombres convirtieron a Al Pacino en una joya de Hollywood, pero también los que le encasillaron en personajes histriónicos. Manglehorn está es las antípodas de todos sus papeles, es el más inesperado y el menos memorable, pero también, acompañando al coronel Slade, es el más humilde y satisfactorio.

Cómico desde la seriedad

Si una película hizo famoso a David Gordon Green fue «Superfumados» (2008), la cual también popularizó la divertida pareja formada por sus protagonistas, Seth Rogen y James Franco, a los que hemos visto reunida de nuevo en la gran pantalla este mismo año en «La entrevista». A pesar del talante humorístico el director, afirma que «siempre veo mis películas como serias, incluso las comedias, aunque me infundo en ellas con una firma de alegría o a menudo humor absurdo. El equilibrio de comedia y drama es una línea de trabajo divertida para mí».

Archivado en: