Buscar Iniciar sesión

Bienvenidos al castillo de Highclere

Julian Fellowes y Michael Engler se adentran de nuevo en el frenesí y la jerarquía de la familia Crawley y convierten en película la mítica serie de época «Dowtown Abbey».
larazon
  • La Razón es un diario español de información general y de tirada nacional fundado en 1998

  • M.Moleón

    Marta Moleón

Creada:

Última actualización:

Julian Fellowes y Michael Engler se adentran de nuevo en el frenesí y la jerarquía de la familia Crawley y convierten en película la mítica serie de época «Dowtown Abbey».
Hace cuatro años el Castillo de Highclere cerró sus puertas y el frenesí eduardiano del personal de servicio de la familia del conde Grantham se congeló momentáneamente. El decaimiento de la aristocracia rural inglesa tras la Primera Guerra Mundial marca el inicio y dibuja el contexto de «Downton Abbey», una serie que desde sus primeros capítulos, conseguía convertirse en un auténtico fenómeno mundial gracias a sus intrigas de alcoba, sus escándalos maritales y sus apasionantes e interminables disputas jerárquicas británicas de principios del XX y que ahora regresa para suerte de los más adeptos en forma de película.
Visita real
Para Julian Fellowes, creador y guionista de la serie, el hecho de mostrar cómo era vivir y trabajar al servicio de otra familia durante esa época, especialmente en el caso de las mujeres jóvenes, para las que el servicio era la única opción de autorrealización y cierta independencia que podían experimentar, era algo que pretendía resaltar desde el principio: «Cuando el sistema económico cambió, la gente, y en especial las mujeres, comenzaron a tener a su disposición trabajos que les permitían tener tiempo libre, en vez de estar trabajando de sol a sol. Recordemos que, en esos años, vimos el alzamiento por los derechos de las mujeres, la organización del trabajo y la evolución del estatus de los trabajadores en la región central de Inglaterra. El mundo moderno se abría camino y, de hecho, la Primera Guerra Mundial fue el evento que liberó toda aquella energía», aclara Julian.
En esta versión cinematográfica de «Dowtown Abbey» se suceden las caras conocidas tanto delante como detrás de las cámaras. El elenco original de la serie vuelve a ponerse a las órdenes del director Michael Engler y se engalana para recibir una visita muy especial; la de sus majestades el rey Jorge V y la reina María de Inglaterra. Es en esta ocasión Lady Mary, al frente de la propiedad, quien afronta su mayor reto como señora de Downton al tener por delante la responsabilidad de preparar un deslumbrante desfile y una opulenta cena para la ocasión. «Las exigencias de la casa fueron las que impulsaron una trama tras otra y el amor de la familia por su hogar es lo que les hacía luchar por ella. Por eso, siempre supe desde el principio que volveríamos a Highclere», confiesa Fellowes, consciente como tantos otros, de que uno siempre vuelve a los viejos lugares donde amó la vida.
La receta del éxito «british»
El hecho de que «Dowtown Abbey» se haya convertido en uno de los mayores éxitos de la ficción británica reciente es un enigma que puede llegar a encontrar una solución lógica en la inevitable nostalgia que suelen despertar las épocas pasadas. La campiña inglesa es un entorno único que representa la quintaesencia de lo británico y en la serie, al igual que en la película, la particularidad reside en que el concepto se puede exportar. Tal y como reconoce el productor de la serie Gareth Neame, «Downton no era la adaptación de un libro. Era una obra contemporánea de un guionista extraordinario que conoce ese mundo, se siente fascinado por él y comprende su funcionamiento».