«Combustión», a todo gas
El filme de Calparsoro combina acción trepidante y una historia de amor
Después de una jornada inaugural marcada por el drama de la crisis de la mano de Isabel Coixet, ayer el Festival de Málaga arrancó los motores del certamen con «Combustión», de Daniel Calparsoro, una película de acción en la que la adrenalina, el erotismo y la diversión se convierten en el escenario de un triángulo amoroso interpretado por Adriana Ugarte, Álex González y Alberto Ammann. El director firma con esta cinta un género poco habitual en nuestra cinematografía, en la que no todo es, sin embargo, coches y velocidad. «Cuando Paco Ramos me ofrece el proyecto lo que más me llama la atención es el elemento lúdico, la idea de hacer una película para disfrutar. Me interesa mucho el viaje al lado salvaje del protagonista. Es decir, ser capaz de sacrificar todo lo que te has esforzado mucho en conseguir porque te has enamorado. Esa es la película», explica Calparsoro. Acción y amor se combinan así en una película, «hecha para que el espectador disfrute. He querido plantear todo esto de una manera plástica. De ahí que haya carreras de coches, secuencias en discotecas, alguna erótica visualemente muy trabajada... De alguna manera llevar a imágenes la sensación de disfrute, de vértigo, de velocidad».
Como ya ocurrió con su anterior filme, «Invasor», el planteamiento temático y visual de «Combustión» remite en un principio al cine de acción americano. Sin embargo, Calparsoro defiende el carácter latino de esta producción, con la que compite por la Biznaga de Oro. «No pretende ser americana. Son personajes que conocemos, rodada en Madrid, con dilemas españoles de este momento. Tiene escenas de acción, pero es mucho más que eso: tiene un carácter latino muy fuerte. Se aleja del americano en el sentido de que el protagonista lo deja todo por disfrutar de un momento, que es también una cosa muy española. En mi opinión, nuestra capacidad de disfrutar es lo que nos salva cuando da la impresión de que nos han robado el futuro», añade el realizador. En este sentido, Álex González se alegra de que este género haya dejado de ser patrimonio de Hollywood. «Existe cierto tipo de cine que hasta hace pocos años si querías verlo tenía que ser americano. No estamos vendiendo «Fast and Furious», que es absolutamente de coches. Aquí hay una historia. Creo que la diferencia principal es que va dirigida al público femenino, porque el personaje de la mujer es fuerte. Ésta es una película de acción y de amor a partes iguales. Además, me hace ilusión estar en una producción que tiene la clara intención de ser un taquillazo», añade el actor.
El trío protagonista fue también esencial para lograr el objetivo de «Combustión»: «Que la gente disfrute e invitarla a que se libere un poco», en palabras de Calparsoro. «En el casting buscaba la luz. En los personajes que interpretaron Alberto y Álex quería actores muy solventes con registros distintos, pero además que aportaran la luz que tienen. Tratándose de una película en la que lo que se busca es pasarlo bien, pero que, al mismo tiempo, suceden cosas dramáticas, lo único que no quería es llevarla a un lado oscuro. De Álex necesitaba que pudiera entender que todo lo que hacía era por amor y que no cayera mal. En Alberto, que no hiciera de un simple malo, sino de un hombre que se busca la vida pero que en el fondo tiene buen corazón. En Adriana buscaba una mujer fatal, manipuladora, pero que también se puede enamorar», explica. Con estos ingredientes, «Combustión» busca que el público «disfrute con la sensación liberadora de subidón. Cuando acaba con la música de Carlos Jean lo que te apetece es irte de copas o ponerle los cuernos a tu pareja. Quieres recuperar ese espíritu de diversión», asegura el realizador.
Coches de impresión
En «Combustión», Ferraris y Lamborghinis compiten en carreras ilegales en las que Ammann y González han participado. «Lo que nos han dejado. El resto ha estado en manos de especialistas», aseguran. Sobre estas líneas, imagen del rodaje de una de las escenas del filme «Combustión»