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Costa-Gavras, contra el discurso oficial

El realizador rueda por primera vez en su Grecia natal para narrar la crisis de 2015 y la intervención de la Troika en el país.
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El realizador rueda por primera vez en su Grecia natal para narrar la crisis de 2015 y la intervención de la Troika en el país.
Costa-Gavras emigró de Grecia en 1955 huyendo de la guerra civil. Con la reciente crisis de su país, se reconoció en los jóvenes que escapaban del desempleo o las bruscas bajadas de salario. «Comportarse como adultos» es su primera película en suelo griego en más de 60 años. Y uno solo vuelve a sus raíces por una buena causa. «Lo que ocurrió en 2015, cuando la izquierda de Syriza subió al poder y parecía abrirse un rayo de esperanza para un país con una deuda enorme, fue una vergüenza –explica Gavras, que recibió un premio honorífico en Venecia que iba a repetirse, días después, en San Sebastián–. La Troika solo quiso salvar a los bancos, porque lo cierto es que la deuda griega se ha multiplicado, la precariedad se ha instalado en el país y ha obligado a muchos griegos a exiliarse».
Durante los meses de negociación con las altas esferas de la Unión Europea, Yanis Varoufakis se convirtió en una especie de Robin Hood de los damnificados por la crisis, el único político europeo que era capaz de pelearse a gritos con los burócratas del viejo continente para conseguir ganarles en su propio terreno. Un idealista con carisma, cuyo periplo, del que dejó constancia en un libro, es el eje vertebral de la película. «Yanis me ayudó con la terminología económica que yo quería hacer comprensible para el público, pero no intervino en el guión», confiesa el realziador. No obstante, el material con que contaba el director de «Estado de sitio» era ingente, porque Varoufakis tenía la costumbre de grabar sus intervenciones y las de sus colegas en las reuniones de la Unión Europea, por un lado para que en su partido, Syriza, fueran conscientes de cómo iba la negociación, y por otro, para tener pruebas de las mentiras que sus contrincantes soltaban cuando tenían que dar la cara ante los periodistas.
Entre despachos
Una de las principales preocupaciones de Gavras a la hora de rodar «Comportarse como adultos» era conseguir que, entre tantos discursos de despacho y rueda de prensa, la película resultara entretenida. «Es cierto que la gente me conoce como un cineasta político, pero no creo que los panfletos sirvan para atrapar al público», explica. «Me interesa contar buenas historias, y detesto el cine con mensaje, ese que te dice lo que tienes que pensar. Si algo tienen en común esas historias, es mi fascinación por los personajes que se resisten a aceptar un discurso oficial y se rebelan contra él». Con su último trabajo, el director de «La caja de música» vuelve a hurgar en los resortes del poder en un continente, el nuestro, en estado crítico.