El holocausto según Hitchcock
Después de ser restaurada, podrá verse completa la película que rodó el genial director sobre los campos de concentración
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Alfred Hitchcock pudo haber sido el rey de las películas de terror. Pero el horror de la vida real, era algo para lo que no estaba preparado. Los cámaras de televisión del Ejército británico que grabaron la liberación del campo de concentración de Bergen-Belsen en 1945 solían bromear sobre cuál sería la reacción del cineasta cuando llegaran a sus manos las cintas. Lo que jamás imaginaron es que el realizador iba a quedar tan traumatizado que no regresaría al estudio en una semana. El creador de títulos tan emblemáticos como «Vértigo» y «Los pájaros» se involucró en la elaboración de un documental sobre las cárceles de tortura nazis en 1945. Acudió a la llamada de su mecenas y amigo Sidney Bernstein, que le pidió ayuda para editar unas imágenes sobre las atrocidades cometidas por los alemanes durante la II Guerra Mundial (1939-1945).
El deseo aliado de no resucitar el Holocausto tras el conflicto llevó luego a enterrar el material en los archivos del Museo de la Guerra Imperial de Londres. Pero, tal y como reveló ayer el rotativo «The Independent», el contenido completo de los seis rollos de película verá ahora por primera vez la luz. El filme será estrenado en una versión restaurada y reeditada a finales de año, después del festival de cortometrajes históricos que organiza el museo de la Guerra Imperial. A principios de 2015, será además emitido por la televisión británica, coincidiendo con el 70 aniversario de la derrota nazi.
Un comisario del departamento de Investigación del museo, Toby Haggith, afirmó al rotativo que el documental «quedó suprimido por la cambiante situación política». Además del horror que la crudeza de ese material provocó en el cineasta, el deseo aliado de no irritar a la Alemania derrotada por su autoría en el Holocausto llevó al olvido cinco de los seis rollos.
Brillante y sofisticado
En los 80, las imágenes fueron descubiertas por un investigador norteamericano. Con el tiempo, una versión incompleta de la cinta se proyectó en el Festival de Cine de Berlín en 1984. Un año después, fue emitida en Estados Unidos bajo el título «Memoria de los Campos», pero con mala calidad y sin incluir el sexto rollo. La narración original, se cree que fue escrita por el que luego fue ministro del gabinete del Partido Laborista, Richard Crossman, en colaboración con el periodista australiano Colin Wills. Fue leído por el actor Trevor Howard.
El próximo mes de diciembre, el filme podrá ser proyectado en una versión restaurada por el museo londinense, gracias a tecnología digital, tal y como Hitchcock, Bernstein y otros colaboradores pretendían. Aunque su nuevo título aún no ha sido revelado. «Nunca sabremos exactamente cuál fue la contribución de Hitchcock, aunque parece claro que sus ideas sobre cómo debería estructurarse fueron aceptadas», recalcó Haggith, quien describe el material como «brillante» y «sofisticado». «Es mucho más cándido que otros rodados sobre el Holocausto», matiza al rotativo.
El comisario apuntó que «no sólo trata de la muerte», sino que muestra también imágenes de reconstrucción y reconciliación. Por otra parte, elogió la «brillantez» y «originalidad» de los cámaras que rodaron las escenas sin estar a las órdenes de nadie. «Es tanto una película alienante en cuanto a su objeto de estudio, pero también hay elementos de esperanza», recalca.
«Completamente insoportable»
La decisión de resucitar las imágenes no ha tardado en generar un intenso debate. Billy Wilder, quien dirigió «Death Mills» (1945) –una película estadounidense sobre las atrocidades alemanas– considera que no es oportuno volver a ver el horror de estas tomas. El director se pregunta hasta qué punto «reeducan» a la población civil alemana sobre lo que sus líderes hicieron en su nombre. El realizador explica que, cuando se han puesto otras imágenes sobre esta temática en los cines, los alemanes han tenido que cerrar los ojos o salir de la sala. «Para ellos es completamente insoportable», matiza.
El documental de Hitchcock muestra cadáveres apilados por la matanza. Pero también hay imágenes de ciudadanos alemanes confrontados con la enormidad de los crímenes cometidos en su nombre, obligados a ayudar a enterrar a los muertos. Otras secuencias también muestran a los prisioneros tomando su primera ducha y lavando su ropa, o los esfuerzos por erradicar el tifus de los campos. Cuerpos famélicos, mujeres desnutridas que celbran la llegada de los aliados besándoles la mano... algunas de las imágenes tienen una enorme carga emocional.
Para los fanáticos del rey del misterio, la película es un motivo tanto de entusiasmo como de recelo, pero, sin duda alguna, algo que deben ver por el gran impacto que tuvo en la vida personal de su ídolo. La pregunta es: ¿Cómo va a reaccionar el público contemporáneo a unas imágenes que traumatizaron al propio Hitchcock? "A juzgar por las dos proyecciones de prueba que hemos tenido para expertos e historiadores, los comentarios más escuchados son que es terrible y brillante al mismo tiempo».