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Elcano, un viaje de ciencia ficción

Elcano, un viaje de ciencia ficción
Elcano, un viaje de ciencia ficciónlarazon

Hace veinte años surgió una idea bastante ambiciosa que se quedó en el baúl de los sueños por cumplir. Y es que «no teníamos los medios para hacer frente a una producción como ésta», afirma el director Ángel Alonso. Dos décadas de avances digitales después, esa idea se ha convertido en realidad: «Elcano y Magallanes: La primera vuelta al mundo» llega hoy a la gran pantalla. Además, lo hace en una fecha que no podía significar más, pues se trata del V centenario de aquel viaje. Así, la cinta animada aproxima al público familiar a una historia que muchos no conocen. «Nos parecía injusto que un personaje español, que había hecho algo tan heroico como dar la vuelta al mundo no obtuviese el reconocimiento que se merece. Si Elcano hubiera sido americano tendríamos camisetas, galletitas y de todo con su cara; pero siempre le damos menos valor a lo que es nuestro», señala el realizador, que, junto a su equipo, ha sabido sacar adelante un proyecto de gran complejidad. «Recrear el mar y a tantos grupos de personas ha sido difícil. Nuestros presupuestos son ajustados, pero es una limitación que nos obliga a ir más allá de nuestras posibilidades con creatividad y creo que lo hemos logrado. Lo más fácil de este proyecto es que se trata de un filón», asegura por su parte el productor Ricardo Ramón, «algo interesante de lo que se conoce muy poco y en el que todo el mundo ha querido participar».

El filme nos conduce a través de un sinfín de exóticos escenarios encadenados a una envolvente banda sonora. «Hay momentos en los que la música te lleva», relata Leire Martínez, cuyo grupo, La Oreja de Van Gogh, ha compuesto «Confía en el viento», el tema principal de la película. «Hemos buscado darle un carácter aventurero», explica, al tiempo que comenta que «lo que ha creado Joseba Beristain con la Orquesta Sinfónica de Euskadi y el Orfeón Donostiarra ha sido alucinante».

Así pues, la cinta nos guía a través de un viaje de tres años relatado en los apretados noventa minutos que dura el largometraje. Una serie de hechos reales contados desde la libertad que da la animación. De hecho, «la historia es, para mí, lo más cerca que se puede estar de la ciencia ficción», concluye el director, fiel amante del cine de género, que ya ve felizmente culminado un proyecto que ha recorrido un camino de veinte años.