«Ida» y vuelta cargada de estatuillas
Pawel Pawlikowski triunfó en unos Premios del Cine Europeo que cumplieron los pronósticos
Fue la gran noche del cine europeo, y, sólo viendo la nómina de películas seleccionadas, una edición que reflejaría la gran calidad de numerosas producciones realizadas este año en el Viejo Continente. Un continente que miró durante una noche a algunas de sus heridas con un relato sublime en blanco y negro del pasado nazi y comunista del viejo corazón del continente, «Ida», una reflexión sobre la historia, la familia y la religión del director polaco Pawel Pawlikowski. Fue la gran triunfadora de esta 27 edición de los premios con las cinco estatuillas que se llevó a casa: mejor Película, Director, Guión –también firmado por Pawlikowski–, Fotografía –el Prix Carlo di Palma para Lukasz Zal y Ryszard Lenczewski– y el Premio del Público. Estamos en Polonia, en 1960. Anna, una joven novicia que está a punto de hacerse monja, descubre un oscuro secreto de familia que data de la terrible época de la ocupación nazi.
Un genial Spall como Turner
La del Pawilowski y su equipo no fue la única sonrisa de la gala. Y muchas de las que se vieron se esperaban: el británico Timothy Spall partía como favorito y obtuvo el premio al mejor actor europeo por su trabajo en «Mr. Turner», de Mike Leigh, que se estrena el próximo viernes en España y viene precedida de magníficas críticas. En ella se narra la biografía sobre el pintor británico J.M.W Turner (1775-1851). Artista reconocido, es amigo de aristócratas, visita burdeles y viaja en busca de inspiración. A pesar de su fama, también es víctima de las burlas del público y del sarcasmo de la sociedad. Su equivalente femenino también se ajustó al pronóstico: una soberbia Marion Cotillard al frente del filme «Dos días, una noche», de los hermanos Jean y Luc Dardenne, la historia de Sandra, una mujer desesperada que dispone solamente de un fin de semana para convencer a sus amigos de que renuncien a su paga extraordinaria para que ella pueda conservar su trabajo. Paralelamente, la Academia distinguía en mejor comedia a la cinta italiana «La mafia sólo mata en verano», de Pierfrancesco Diliberto. Su historia: Palermo, 1969. Arturo es concebido mientras en esa misma calle un grupo de mafiosos lleva a cabo una matanza sangrienta. A partir de ese momento, su vida se cruzará con la de «capos», policías y jueces en una suerte de Forrest Gump a la siciliana.
España, de vacío
El documental del año fue «Master of the Universe», del austriaco Marc Bauder, y la película animada, la italiana «The Art of Happiness», de Alessandro Rak. «The Dark Valley» logró los premios al diseño de vestuario, para Natascha Curtius-Noss, y al diseño de producción, para Claus-Rudolf Amler. También se distinguió el montaje de Justine Wright en «Locke», la música de Mica Levi para «Under the Skin» y el diseño de sonido de Joakim Sundström en «Starred Up». Por desgracia, la industria española, representada por las excelentes «Carmina y amén» y «10.000 kilómentros», no obtuvo ningún premio.