Konchalovsky en el infierno nazi

El día no ha dado mucho de sí. Comenzamos por la cinta española “Silixia”, de Ignacio Vilar, un documental que cuenta la historia de un grabador de sonidos que busca por diferentes lugares de Galicia -en la costa, en la rapa das bestas, etc.,- a lo que se une una historia levemente sentimental. Tras hablar con el director me dijo que “se trataba de un documental inmerso en la realidad”. Absolutamente todos cuentan la realidad, y si tratan de animales, incluyendo hormigas o pájaros carpinteros, también es realidad, faltaría más. “Silixia” es un trabajo malo y reiterativo: no hace falta enseñar las latas de conserva si no se nos dice cómo se llenan. El otro filme a competición es “Paradise”, de Andrey Konchalovsky, cineasta ruso de amplia carrera internacional (“Los amantes de María”, “Siberiada”, “El tren del infierno”, etc.). La película nos muestra entrevistas en primer plano de prisioneros de campos de concentración nazis, así como de los guardianes y colaboracionistas. Vemos muchas acciones de aquellos que cuentan cómo fue tal horror. El problema de Konchalovsky es -sin saber porqué- haberla rodado en falso blanco y negro. Falso porque es grisáceo y sin profundidad de campo al haber trabajado con cámara digital en color y haber suprimido posteriormente

éste, con lo que no se estrenará en ninguna televisión. Pero lo realmente grotesco es saber dónde están los entrevistados, pues ante el

Juez Supremo, y entre todos, sólo hay una buena persona a la que la voz del Juez deja pasar, llenándose de luz el plano. Este mensaje va dirigido exclusivamente a la persona o entidad que se muestra como destinatario/s, y puede contener datos y/o información confidencial, sometida a secreto profesional o cuya divulgación esté prohibida en virtud de la legislación vigente. Toda divulgación, reproducción u otra acción al respecto por parte de personas o entidades distintas al destinatario está prohibida. Si ha recibido este mensaje por error, por favor, contacte con la persona que figura como remitente y proceda a su eliminación. La transmisión por vía electrónica no permite garantizar la confidencialidad de los mensajes que se transmiten, ni su integridad o correcta recepción, por lo que no asumimos responsabilidad alguna por estas circunstancias.