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Los agotes: diez siglos de exclusión

El realizador Iñaki Elizalde traza en "Baztán"la epopeya de una minoría "maldita"durante mil años
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El realizador Iñaki Elizalde traza en "Baztán"la epopeya de una minoría "maldita"durante mil años
No se conoce bien su origen, pero hay unas cuantas leyendas en torno a su existencia. En un recóndito valle navarro, el Valle de Baztán, ha vivido durante siglos una minoría señalada por la leyenda negra. Se cree que los agotes llegaron a este lugar traídos como mano de obra y, desde el día en que aparecieron, las leyendas les acusaban de tener rabo, de que la hierba no crecía donde ellos pisaban. Estaban malditos y se les prohibía tener ganado o cultivar tierras. Así que se dedicaron a los oficios artesanales, a tallar la piedra o la madera. Y a callar. Durante siglos han vivido en ese valle siendo una minoría, y, aunque los tiempos han cambiado, "ya no es como antes, pero todo el mundo sabe en esos pueblos quién es agote. Y si la gente lo sabe...", dice Iñaki Elizalde, director de "Baztán", una película que combina varios lenguajes y tiempos narrativos para contar la epopeya de una exclusión.
La historia le llega por encargo de unos vec inos dela zona que no eran agotes. Querían hacer algo, pero no sabían si un documental, una obra de teatro "o unas jotas", cuenta Elizalde con humor. "Me llamaba la atención no tanto el hecho de la discriminación como que se mantuviera tanto tiempo escondido. Me fui allí a vivir cuatro meses y aluciné. Entendí por qué. Son personas con un talante muy cerrado, aunque maravillosas. Si tienen problemas, no lo expresan. Y no me valía para contarlo los lugares comunes de las películas históricas. Quería contar también que eso se ha mantenido hasta hoy", dice. Y el lenguaje cinematográfico es lo que le permitió hacerlo con líneas temporales que no son exactamente el planteamiento nudo y desenlace. La película está propuesta como un puzzle que tiene que recomponerse. "Hubo muchísimas versiones, porque había que calibrar qué cantidad de información y cómo la dabas, así que al final se convirtió en una búsqueda", explica el director.
Elezalde no conocía nada de la historia de los agotes, aunque él nació a 52 kilómetros, en Pamplona. Para explicar todos estos siglos de silencio, lanza una pregunta: "¿Recuerdas Fuenteovejuna? Cuando se mata al comendador y dicen ''Fuenteovejuna señor''. Han callado tantos unos como otros". Hoy, todavía, se refieren a "ésos"en la zona. "Todo el mundo lo sabe. Aunque es verdad que los jóvenes pasan de casi todo para bien y para mal, así que en dos generaciones será apenas un hecho histórico. Pero, hasta 1950 por ejemplo, no les dejaban bailar en las fiestas. Y por eso se hicieron buenos "txistularis"(músicos)", o fabricaban los trajes de los cabezudos en las fiestas de Pamplona. También se hicieron barbaridades. "El Gobierno vasco encargó pruebas de ADN para ver si de verdad había una diferenciación. Ha habido tesis doctorales y muchas cosas oscuras", cuenta.
Pero en el fondo, la película habla del paso del tiempo. Las tradiciones, la moral, los silencios, el miedo... La piedra y la naturaleza, o la iglesia que se transforma en colegio y después en ruinas, pero donde han ocurrido sucesos relacionados con la peripecia de los agotes. Incluso aparece la película "Vacas"de Julio Medem, que se rodó en ese paraje y que transformó al pueblo entero. Y Elizalde se permite un juego: lleva a los tres protagonistas de esa historia, Carmelo Gómez, Txema Blasco y Cándido Uranga, vuelven al lugar donde se rodó esa película para participar en la historia de los agotes. Tan mágica como los paisajes, tan sobrecogedora como el silencio.