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No te engañes: no es el karma, eres tú

Verónica Echegui protagoniza una comedia alocada, adaptación del «best seller» de Norton.
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Verónica Echegui protagoniza una comedia alocada, adaptación del «best seller» de Norton.
Verónica Echegui está como una niña con zapatos nuevos. «Es que me gusta mucho esta película y tengo ganas de que la gente la vea», dice. Antes de ser Sara (la protagonista de «No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas»), la actriz moldeó al personaje en su cabeza a medida que leía la novela en la que está basada la película. El libro de Laura Norton (una escritora cuya identidad real sigue siendo un misterio) va por la trigésima edición y ha vendido más de 250.000 ejemplares. Echegui lo leyó como una lectora «cualquiera» y, aunque ya entonces quería ser Sara, no fue hasta años después que le llovió providencialmente el papel. «Me gusta cómo piensa, me suena, me identifico. Es muy universal, una chica entrañable, tierna, extremadamente controladora por miedo a sufrir, y eso la hace todavía más tierna porque en su afán de controlarlo todo, se descontrola y le sale la parte patosa, acelerada y despistada. Yo la veo como una especie de versión de Woody Allen en mujer. Es muy contradictoria y eso es muy gracioso», señala.
Sara es una joven entre «nerd» y «hipster» que vive en el madrileño barrio de Malasaña y a la que todo le va mal: su tienda de complementos de plumas no funciona, su novio se va a París un año entero y, para colmo, el chico del que estaba obsesionada en el instituto (interpretado por Álex García) reaparece en su vida años después para casarse con su hermana... «Sara echa la culpa al karma (ya saben, esa energía de nuestra vida pasada que determina la presente según las creencias hinduistas) para no responsabilizarse de las cosas en que se ha metido ella solita», dice Echegui.

La amiga inspiradora

La cinta narra los disparatados intentos de la joven para ordenar una vida pasada de rosca. «Y ese punto alocado me interesaba mucho –apostilla Echegui–. María Ripoll, la directora, nos ha dado mucha libertad en ese sentido y conseguido trasladar del libro esa historia fluida, gamberra y divertida, que es una comedia pero sin arquetipos y que también tiene drama; una historia de seres humanos que molan mucho porque son muy cercanos. Los puedes ver reflejados en una prima, una amiga, un padre, una tía...». De hecho, la propia intérprete confiesa haberse inspirado en una amiga estrecha para trabajar este papel: «Cosas que hago con la mano, con el dedo, tics... Son muy de ella». Echegui, por su parte, ha puesto de sí misma «mi hiperactividad mental, que es como la de Sara. Hablo conmigo misma mucho y soy bastante despistada».
La cinta ha sido rodada casi íntegramente en Malasaña. Hasta el punto de que construyeron tal cual la tienda de moda de la protagonista, «y muchos se acercaban al escaparate porque querían comprar lo que había dentro. La gente del barrio interactuaba bastante con nosotros», rememora Echegui.