«Operación Anthropoid»: Una ración de «europudding»

Hay al menos dos películas que se aproximaron al atentado a Reinhard Heydrich –conocido como el «carnicero de Praga», el tercero en el escalafón del alto mando nazi tras Hitler y Himmler– antes que «Operación Anthopoid», aunque Sean Ellis parece querer vender su versión como una novedad, o como el registro definitivo del gesto de resistencia de lo humano frente a lo barbárico contando un episodio de la ocupación nazi en Checoslovaquia que sólo los adictos al Canal Historia parecen dispuestos a recordar. En los primeros hay varios diálogos que hacen referencia a los acentos de los protagonistas, de distintas regiones checas pero interpretados por Jamie Dornan, que debe de ser uno de los peores actores en activo, y Cillian Murphy, ambos hablando en el inglés estándar que se les presupone. Es un detalle significativo, en cuanto que sintetiza la gran contradicción de la película: por un lado, su obsesión por ser fiel a la realidad, y por otro, por doblegarse a la gramática insípida de un «europudding» para multisalas. Ellis se crece en las dos secuencias de acción. Una, la del atentado, que da cuenta de la torpeza y el amateurismo de un ataque desesperado, y otra, la del asedio en la iglesia, que funciona como contundente clímax final, casi propio de un western de Peckinpah.