Regresaron de entre los muertos
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Nada fácil fue el comienzo de la carrera de Sylvester Stallone. Tuvo que trabajar como actor porno para pagar sus estudios de arte dramático y escritura de guión. Trabajó en algunos papeles secundarios hasta que logró uno de esos personajes míticos del cine de acción, el de «Machine Gun» Joe Viterbo en la delirante «La carrera de la muerte del año 2000» (1975), producida por Roger Corman. Mientras tanto, paseaba por las productoras el guión de «Rocky», inspirado por el combate entre Muhammad Ali y Chuck Wepner, hasta que consiguió venderlo con la pretensión de interpretar el papel principal. Tras duras negociaciones se impuso a Burt Reynolds y Robert Redford y consiguió además de un éxito mundial la nominación al Oscar al mejor actor y al mejor guión, ganando el premio a la mejor película en 1976. Desde entonces ha sido uno de los más perseverantes candidato a los Razzies al peor actor de cine de Hollywood: diez premios, incluido el peor actor de la década de los años 80 y el peor actor del siglo en 1999. Su carrera corre paralela a la de otro «macho man»: Burt Reynolds, un actor que tuvo un espectacular comienzo con su impresionante presencia de macho alfa en «Deliverance» (1972). Considerado como el símbolo sexual de los años 70, ocupó las páginas centrales de «Cosmopolitan» desnudo ese año. Su popularidad fue decayendo en los años 90 hasta que fue rescatado por Paul Thomas Anderson en el papel del manipulador director de cine porno de «Boogie Nights» (1997), nominado al Oscar al mejor actor secundario. Reynolds compite merecidamente con Stallone con siete nominaciones y dos premios al peor actor en los Razzies. El caso de John Travolta es todavía más singular. «Fiebre del sábado noche» (1977) y «Grease» (1978) lo catapultaron a la fama y, tras una carrera peor que desigual, lo rescató para el gran cine Quentin Tarantino en «Pulp Fiction», por el que fue nominado al Oscar. No muy distinto fue el caso de Michael Douglas, cuya carrera en franca decadencia fue impulsada inopinadamente por su soberbia interpretación del barroco pianista gay Liberace en «Behind the Candelabra» (2013), ganador del Globo de Oro. Otros grandes actores que consiguieron volver al estrellato tras unas carreras tan esplendorosas como desafortunadas fueron Marlon Brando con «El Padrino» (1972), también honrado con un Razzie por su espantosa interpretación en «La isla del doctor Moreau» (1996); el guapísimo Mickey Rourke, rebelde en la mítica «La ley de la calle» (1983) y galán erótico en «Nueve semanas y media» (1986), recuperado para el cine por Darren Aronofsky en un papel que le iba como anillo al dedo, «El luchador», ganador del Globo de Oro al mejor actor y nominado al Oscar. El último ejemplo de que renacer es posible en el planeta Cine es el de Michael Keaton, quien con «Birdman» (2015) de Alejandro González Iñárritu, logró estar nominado al Oscar en la pasada edición tras años de ostracismo y olvido por parte de la industria. Ahora le toca el turno al Potro italiano.