Un cierre de risa en Venecia

Cuesta ubicar una comedia como «Tres bodas de más» en un certamen como Venecia, aunque sea como fin de fiesta de una sección paralela, Venice Days. Su director, Javier Ruiz Caldera, admite que le sorprendió la noticia de su selección, pero que supone que, «después de tanta seriedad», también hay que desengrasar neuronas. «Tres bodas de más», que se estrena en España el 5 de diciembre, está predestinada a romper taquillas: es una comedia romántica, sí, pero políticamente incorrecta, y muy, muy divertida. «En una boda, en un periodo corto de tiempo, se unen personas que se quieren y se odian, y todo eso regado con barra libre de alcohol, acaba siendo un cóctel muy explosivo». Caldera cuenta que la película está inspirada en una anécdota real que vivió una amiga de los guionistas: en un mes tres ex novios la invitaron a sus bodas. Perfecta excusa para una película que, en sus mejores momentos, aúna en un solo «gag» su legado con la «screwball comedy» y la Nueva Comedia Americana, la de Judd Apatow. O los pioneros Farrelly: «Cuando vi "Algo pasa con Mary"decidí que quería hacer comedia», evoca.

«Mis anteriores películas –añade– hablaban del cine. "Spanish Movie"del cine español y "Promoción fantasma"del cine "teen"ochentero. Esta es más realista, dentro de lo absurdo». Todo lo realista que puede ser una logradísima versión hispánica de «La boda de mi mejor amiga», con Inma Cuesta como experta científica en langostas. «En general, las chicas son el complemento romántico al personaje masculino que genera el humor; lo que me gustó del guión era que la payasa es ella». Es esa subversión la que emparentaba la película de Paul Feig con «La fiera de mi niña» y la comedia hawksiana, con la que «Tres bodas de más», con su ritmo imparable y su lúdico vitalismo, tiene mucho que ver. Notables figuras del humor televisivo –Berto Romero, Paco León, Joaquín Reyes–, junto con dos galanes –Martín Rivas y Quim Gutiérrez–, rodean a Cuesta en un papel que descubre su lado cómico. Ruiz Caldera forma parte de la generación Escac, plataforma de lanzamiento de cineastas jóvenes que están renovando la industria del cine español. «Te dan libertad para encontrar tu voz. Bayona hace superproducciones, Mar Coll películas intimistas, yo comedias... Si te fijas en el equipo técnico de "Tres bodas de más", muchos salieron de allí, fuimos compañeros de estudios. Es como rodar en familia».

Cuando Bertolucci presidió el jurado en Cannes premió «Corazón salvaje», de David Lynch. Podría hacer lo mismo con la marciana «Under the Skin», o ir aún más lejos, galardonando a Tsai Ming-Liang. Bertolucci es un cinéfilo con gustos radicales, y, si los impone, Philippe Garrel, cineasta de su quinta, puede hallar refugio en el palmarés.

Scola, como muchos cineastas que se retiran, mintió un poco. Aquí está «Che strano chiamarsi Federico» para demostrarlo. Este año, que se celebra el 20º aniversario de la muerte de Fellini, Scola firma una meditación haciendo un retrato poliédrico, parcial y forzosamente disperso e inacabado del carácter de Fellini (en la imagen) y de medio siglo de fértil amistad.