Muere Sara Montiel

Zeus: «Cometió errores, pero nos quedamos con lo bueno»

Zeus en el tanatorio por su madre
Zeus en el tanatorio por su madrelarazon

«Fumando espero», cantaba Sara Montiel. Y fumando esperaba la treintena de periodistas que se agolpaban en la madrileña calle de Núñez de Balboa.

«Fumando espero», cantaba Sara Montiel. Y fumando esperaba la treintena de periodistas que se agolpaban en la madrileña calle de Núñez de Balboa. El número 35B se veía asediado por cámaras, micros, cables y libretas. Y no era para menos. La gran Sara Montiel fallecía ayer en su casa del barrio de Salamanca. Los rumores corrían; la información escaseaba. Los porteros del edificio fotografiaban risueños a la horda de chupatintas. Alrededor de las 13:00 entraba un coche fúnebre que volvía a salir media hora después. Por lo visto, su hija, Thais, estaba dentro con ella cuando comenzó a encontrarse mal. Después del fallecimiento llegó su hijo, Zeus, junto a otros amigos. José Manuel Parada entraba como una exhalación en el edificio y a la salida comentaba: «Se ha levantado y ha hecho sus maletas, porque se iba a Oviedo a operarse de la vista. Y luego se ha encontrado mal». Sus palabras han superado con mucho los débiles susurros de una Marujita Díaz desconsolada, que apenas podía hablar: «Nos ha pillado totalmente de sorpresa. Estaba perfectamente». La voz se le ha quebrado mientras daba pequeños pasos con unos «peep toes» de lentejuelas que dejaban a la vista sus largas uñas. Su representante y amiga, Carmen Grey, que cenó con ella el sábado, prometía noticias para luego escurrir el bulto. Los vecinos también querían aportar: Marina Pascual decía que últimamente se le veía menos, pero que seguía saliendo «de paseo por la noche con sus gorritos, su perro y su puro», mientras que Cati Pons declaraba que «siempre iba muy arreglada, con tacones, y aunque iba pasito a pasito, la cabeza la tenía perfectamente amueblada».

La horda se desplazaba entonces al tanatorio de San Isidro, y allí comenzaba el desfile de personalidades: Amelia Bono y Natalia Figueroa, nuera y mujer de Raphael; Norma Duval, quien se mostraba muy triste; la alcaldesa Ana Botella, que ha prometido ponerle una calle a la artista y celebrar un homenaje con concierto en Las Vistillas el próximo 11 de mayo, además del cortejo fúnebre que recorrerá hoy las calles de Madrid y la proyección de «La violetera» y «El último cuplé» en la plaza de Callao. Y Conchita Bautista, Bibiana Fernández, Massiel, Alaska, Charo Reina y Encarnita Polo, quien ha dicho que «no habría hecho muchas cosas de las que hizo ella; era muy despistada». Cincuenta fans gritaban y cantaban a la puerta del tanatorio. «Sara Montiel es un icono, será difícil llenar el hueco que deja», aseguró José María Lassalle, secretario de Estado de Cultura. Pero la declaración más chocante la hacía sin duda su hijo Zeus: «Cometió muchos errores, pero nos quedamos con lo bueno».