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Confirmado: la mejor película en catalán es muda

Los Premios Gaudí recayeron sobre todo en las películas «Blancanieves», «Lo imposible» y «Una pistola en cada mano»
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  • Víctor Fernández está en LA RAZÓN desde que publicó su primer artículo en diciembre de 1999. Periodista cultural y otras cosas en forma de libro, como comisario de exposiciones o editor de Lorca, Dalí, Pla, Machado o Hernández.

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La gran fiesta del cine catalán, los premios Gaudí, no fueron en la edición de anoche para ninguna película rodada en lengua catalana. «Blancanieves», de Pablo Berger, fue la cinta galardonada como mejor película en lengua catalana, hecho insólito por ser muda. También se hizo con los galardones a mejor dirección artística, música original y vestuario. Igual número de Gaudís fueron para «Una pistola en cada mano», el último trabajo de Cesc Gay, que se alzó con las distinciones a la mejor película en lengua no catalana, guión, actriz secundaria (Candela Peña) y actor secundario (Eduard Fernández).

Castigo a Bayona

Pero la gran triunfadora de la noche fue «Lo imposible», que no estaba nominada ni como mejor película en lengua catalana o lengua no catalana. La Academia del Cine Catalán, que preside el polifacético activista, actor, director, guionista y productor Joel Joan, dijo que la película de Bayona no era suficientemente catalana, por lo que tuvo que triunfar como mejor director, montaje, fotografía, sonido, maquillaje y peluquería y, eso sí, película europea. Igualmente resultó extraño que el mejor título de animación, «Las aventuras de Tadeo Jones», fuera distinguida con los mejores efectos especiales, en detrimento de la que parecía la candidata perfecta para este Gaudí, «Lo imposible».
La gala, celebrada en el Barcelona Teatre Musica, trató de huir del desastre del pasado año, cuando recibió críticas de todo tipo por su tono soez a consecuencia del frívolo humor de sus presentadores, aludiendo a la crisis, los recortes o la vida privada de algún premiado anteriormente. Por eso se optó por lo que Joel Joan calificó como «un valor seguro»: el humorista Andreu Buenafuente, que fue el encargado de obrar como maestro de ceremonias, siguiendo el modelo de lo que ya hiciera en los Premios Goya. Antes de entrar en el auditorio, Buenafuente aseguraba a los medios que «en estos momentos tampoco está la cosa como para tirar pestes sobre nuestro oficio, un oficio muy bonito, con mucho nervio detrás». A este respecto, agregó que «la risa y los aplausos lo justifican todo y en mi memoria no quedan nunca malos momentos». En la gala también estuvieron presentes las referencias a la crisis que vive el sector cinematográfico en Cataluña. Buenafuente hizo bromas sobre la subida del IVA o sobre los recortes que ha recibido la Sanidad. Incluso habló de que «media España es corrupta, presuntamente, y digo presuntamente para no tener querellas». La situación del Partido Popular fue una de las principales víctimas de los chistes del presentador de la fiestas con referencias al presidente del gobierno Mariano Rajoy, y la ministra de Sanidad, Ana Mato. Fueron varias las veces en las que habló del PP.
También se refirió, que tenemos un Rey «que va a la suya y cuando no va a la suya, va a la selva».Buenafuente hizo humor con la independencia, recordando que «queremos un Estado propio, hagámoslo rápido, antes de 2014, porque si no lo hará la mafia rusa. Mafia rusa, capital Lloret». Recordó que el cine catalán es como el matrimonio Mas-Junqueras porque «a base de verlo ya no te parece tan extraño», además de apuntar alguna referencia a Oriol Pujol. Antes del inicio de la velada, el conseller de Cultura, Ferran Mascarell, defendió que no existía proteccionismo público en el cine catalán. «No conozco ninguna filmografía del mundo que no reciba apoyos, incluida la de Estados Unidos», dijo Mascarell quien se defendió de los que afirman que éste es uno de los sectores culturales con más ayudas económicas.
Los Goya fueron uno de los modelos más seguidos por los supuestos Oscar catalanes hasta el punto de hacer, como ellos, un cortometraje de presentación en el que se podía ver buena parte de los nominados en una especie de aventura fílmica con un Buenafuente a la manera de Billy Crystal. El presentador contó incluso con la colaboración en esa película de Santiago Segura como personaje que quería robar los Gaudí. El gran derrotado de la noche fue Joel Joan, quien no rascó ni un premio a los que podía llegar gracias a «Fènix 11.23», donde se narra la historia de un chico condenado por amenazar a comercios que no rotularan en catalán. La epopeya indepentista no consiguió nada, aunque Joan se mostraba esperanzado antes de la gala. El presidente de la Academia del Cine Catalán, en su última noche en el cargo, dijo que no volvería a ocupar ese puesto, el mismo con el que puso en marcha unos premios y una institución subvencionados por la Generalitat y que incluso ha soñado con entrar en la pugna de los Oscar. La actriz Montserrat Carulla, que recibió el Gaudí de honor, se definió como «actriz, catalana e independentista».
El palmarés
l Mejor película en lengua catalana: «Blancanieves», de Pablo Berger.
l Mejor película en lengua no catalana: «Una pistola en cada mano», de Cesc Gay.
l Mejor director: Juan Antonio Bayona, por «Lo imposible».
l Mejor guión: Tomàs Aragay y Cesc Gay por «Una pistola en cada mano».
l Mejor protagonista femenina: Maria Molins, por «El bosque».
l Mejor protagonista masculino: Àlex Monner, por «Los niños salvajes».
l Mejor dirección de producción: Eduard Vallès, por «Los Pelayos».
l Mejor película documental: «Jordi Dauder, la revolución pendiente», de Antoni Verdaguer.
l Mejor Película Europea: «Lo Imposible», dirigida por Juan Antonio Bayona.

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