Arquitectura

Demanda judicial por la construcción de un puente ajardinado sobre el Támesis

Un vecino del barrio londinense de Lambeth interpuso hoy una demanda judicial contra la proyectada construcción de un puente ajardinado que cruzaría de norte a sur el río Támesis. Michael Ball, de Tulse Hill, en Lambeth (sur de la capital), ha presentado su querella ante el Tribunal Superior con el argumento de que el levantamiento del puente tendrá "un efecto devastador"para la zona y bloqueará preciadas vistas de la ciudad.

Sus abogados alegan que el Ayuntamiento de Lambeth no siguió los procedimientos adecuados antes de conceder los permisos de obras el pasado noviembre, y no tomó medidas para proteger edificios históricos.

Ball teme que el puente, que será peatonal y de 370 metros de longitud, atraiga a multitudes "del tamaño de las de los partidos de fútbol", hasta el punto de crear situaciones peligrosas en la ribera sur del Támesis, uno de los paseos más concurridos de Europa.

"Esto parece ser un proyecto mal concebido, que, aunque a primera vista sea atractivo, al analizarlo se observa que es deficiente en bastantes aspectos importantes", ha declarado el abogado Richard Stein.

Los abogados del demandante piden al tribunal que anule el permiso de obras y devuelva el proyecto al Ayuntamiento de Lambeth para que lo analice con más cuidado "antes de llevar a cabo cambios tan significativos en el corazón de Londres".

Según el proyecto vigente, el Puente Ajardinado del Támesis, valorado en 175 millones de libras (unos 230 millones de euros), conectaría la estación de metro de Temple en Westminster, en la ribera norte, con el paseo del Southbank, en Lambeth.

El diseñador de la monumental estructura es Thomas Heatherwick, responsable del pebetero de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, junto con los ingenieros de Arup y el jardinero Dan Pearson.

Los promotores del proyecto, que inicialmente fue ideado por la actriz británica Joanna Lumley en los pasados años 90, aspiran a empezar las obras este año para que pueda abrirse al público en 2018.

Argumentan que el puente servirá para mejorar los accesos y conectar los centros culturales a ambos lados del río, además de atraer a turistas, con unos 7 millones de paseos anuales previstos.