Diez años de sátira política
El periodista y filólogo David Felipe Arranz publica «Escrito al raso. Artículos político-festivos (2007-2017)», en los que refleja la «disparatada vida política» de nuestro país
El periodista y filólogo David Felipe Arranz publica «Escrito al raso. Artículos político-festivos (2007-2017)», en los que refleja la «disparatada vida política» de nuestro país
Diez años de disparates políticos y errores de bulto que nos han conducido a nuestra situación actual –estar a la cola de Europa en desarrollo del capital humano, en gasto en educación, en independencia judicial y en desarrollo juvenil– son los que recoge el filólogo y periodista David Felipe Arranz en Escrito al raso. Artículos político-festivos (2007-2017), publicado por Pigmalión. El autor se sirve de la sátira y el humor para hablar de temas tan importantes como la crisis económica, el rescate bancario, la corrupción política, el terrorismo islamista o la decadencia del sistema educativo de nuestro país.
«En la España de Zapatero, Pedro Solbes anunció una y otra vez un “repunte económico” que nunca llegó; y en la de Mariano Rajoy, Luis de Guindos hace años que proclama que España se encuentra en su mejor momento de crecimiento económico mientras el 20% de las familias españolas no llegan a final de mes», señala. Para el profesor de periodismo de la Universidad Carlos III de Madrid, Aldous Huxley y George Orwell han cobrado una actualidad extraordinaria.
Con respecto a la filosofía, David Felipe Arranz destaca en el libro que en esta última fase de desmontaje de los planes de estudio de la ESO y el bachillerato «hay que liquidar al testigo más incómodo: Aristóteles», porque «la filosofía es un recordatorio molesto de que las cosas se están haciendo mal». Junto a esta reivindicación del humanismo en la educación, en el libro destaca también una propuesta bohemia, de librepensamiento y de integrismo cultural que planea a lo largo de todas sus páginas a través de distintos escenarios, pero que se sitúa ante todo en un Madrid romántico e idealizado.
El mileurismo, el fútbol, los toros, las celebridades, el desempleo, la inmersión lingüística de Cataluña, los vampiros políticos, los continuos ataques a la cultura o la escena internacional centran las páginas de «Escrito al raso» por las que desfila todo el variopinto espectro político de una década desatinada y con su cuerda de presos. Para su autor, estamos asistiendo en lo social a un neofeudalismo y en lo político al cainita y sencillo golpe de efecto del trampantojo, necesario para que algunos cambien rápida e injustificadamente de rango y estatus: «Nuestra política es un performance shakespeariana digna del Rey Lear», escribe. Con respecto al fútbol, para Arranz los multimillonarios jugadores del balompié han contribuido a la construcción de la nueva utopía social «de una patada».
Odio visceral
Según indica Arranz en el libro, en España vivimos en «la era de la incertidumbre», caracterizada por las viejas estructuras de clases, el inherente ejercicio y abuso del poder, la absolución del sentido ético de las acciones y un descarado y obsceno desprecio de los políticos hacia los ciudadanos. «Vivimos en un “mondo alla roversa ibérico” que produce entre vértigo y melancolía, y ante el que el humor constituye para muchos de nosotros la única vía de escape y de reflexión». En el caso del terrorismo, más allá de las políticas antiterroristas, más o menos efectivas, y de las reivindicaciones secesionistas, late en el fondo el odio visceral contra el hombre mismo, «contra lo que representa cada uno de los asesinados».
El informe del CIS en julio de 2007 decía que la mitad de los españoles ya no podía irse de vacaciones. En opinión del autor, hemos asistido en diez años a avances en el territorio de la igualdad de la mujer y la concienciación del medio ambiente, pero a la vez hemos asistido a la licuefacción de los valores morales y al adelgazamiento del sentido ético hasta su mínima expresión, en el ámbito de los tres poderes del Estado y de la sociedad misma: «Los banqueros también lloran, pero menos que el resto», como titula uno de sus artículos referidos a esta «Españeta de tebeo», cuyo maltratado patrimonio cultural siempre nos redime.