El busto de Carlos V propiedad de la familia Falcó no se subastará
La pieza, que se había convertido en la estrella de la subasta de la sala Fernando Durán del próximo 28 de diciembre, tenía un precio de salida de 400.000 euros.
El busto de Carlos V del Palacio de Mirabel de Plasencia (Cáceres), propiedad de la familia Falcó, no será finalmente subastado, dada su condición de elemento "inseparable"del edificio y "su vínculo histórico"con Extremadura, tal y comó adelanto LA RAZÓN este fin de semana.
Fuentes de la Junta de Extremadura han informado esta tarde de que tanto la familia Falcó como la casa Fernando Durán, que tenía previsto subastar el busto pasado mañana, han atendido a esta condición de la pieza, tras las conversaciones mantenidas durante los últimos días.
La condición de elemento "integrante e inseparable del Palacio de Mirabel", declarado monumento histórico-artístico de carácter nacional, y "el vínculo histórico y cultural"que tiene la obra con Extremadura, han sido los dos ejes sobre los que el gobierno regional ha incidido en estas conversaciones con la familia Falcó y la casa Fernando Durán, con el objetivo de evitar su subasta.
"Han mostrado su comprensión y generosidad para que finalmente la pieza pueda continuar formando parte del patrimonio de Extremadura", han añadido las citadas fuentes.
Se trata de un Carlos V envejecido, cansado. Su cabeza está tocada por una corona de laurel de César y el rostro consumido. La pieza, que se había convertido en la estrella de la subasta de la sala Fernando Durán del próximo 28 de diciembre, tenía un precio de salida de 400.000 euros.
Según consta en la ficha de la misma, elaborada por Jose Miguel Carrillo de Albornoz (vizconde de Torre Hidalgo), director gerente de la sala, se trata de un «espléndido busto en mármol de Carrara, con restos de policromía». Está datada en 1555 y es obra, según se hace constar en la ficha, de Leone y Pompeo Leoni; sin embargo, algunos expertos consultados por este diario ponen en duda su autoría y la atribuyen a Fra Giovanni Angelo Montorsoli, de quien el Museo del Prado conserva un busto a tamaño natural también de Carlos V, en el que el emperador está representado con el Toisón de Oro colgado al cuello sobre una armadura. Angelo Montorsoli se formó con Andrea Ferrucci, Silvio Cosini y Miguel Ángel. En 1529 entró en la orden de los servitas en Florencia, y fue consagrado sacerdote en 1532. En dicha ciudad realizó los retratos votivos en cera de los Médicis y en 1532 fue recomendado por Miguel Ángel para la restauración del «Laocoonte» y el «Apolo del Belvedere», entre otras obras.
La obra que estaba previsto que saliera al martillo mañana día 28 fue un regalo del emperador Carlos V a su cronista oficial y amigo, don Luis de Ávila y Zúñiga, comendador mayor de la Orden de Alcántara, marqués de Mirabel, por su matrimonio con su prima doña María de Zúñiga, Manuel y Sotomayor, II Marquesa de Mirabel y Berantevilla. En la ficha se asegura que «es una de las escasísimas obras de los Leoni en manos particulares, dado que la mayoría de las realizadas para la casa del emperador y luego de su hijo el rey Felipe II permanecieron en las colecciones reales y hoy se exponen en el Claustro de los Jerónimos, añadido al Museo del Prado, y en El Escorial...» Sin embargo, lo que prometía convertirse en una venta de altura se ha visto empañada por las protestas de la Junta de Extremadura ante la salida de un bien que considera una pieza artística de un enorme valor para la región al hallarse en un edificio que está en la localidad de Plasencia. Es más, incluso se ha llegado a hablar de «impedir con los medios al alcance» que la pieza salga a la venta, extremo que niegan desde la madrileña casa de subastas donde aseguran que «los papeles que habitualmente se piden en estos casos están todos en orden y la venta, por tanto, se va a celebrar».
La escultura es un bien declarado como inexportable desde 2013 (año en que la familia propietaria, los Falcó, quiso venderla tras ser sometida a un proceso de restauración), es decir, que se puede poner en venta pero no sacarla de España, y forma parte de las obras que ornamentan el Palacio de Mirabel, propiedad de la familia Falcó, que es Bien de Interés Cultural (BIC). Se trata de uno de los edificios civiles con más atractivo histórico-artístico de la ciudad de Plasencia, construido por los que fueron Duques de Plasencia, Don Álvaro de Zúñiga y Doña Isabel Pimentel en el siglo XV. Su interior ofrece un imponente patio neoclásico de dos pisos con arcos de medio punto y una importante muestra de piezas arqueológicas italianas de época romana, azulejos provenientes del Monasterio de Yuste y una interesante colección de la caza del Duque de Arión con piezas de finales del s. XIX, que se puede visitar. El exterior y en su parte posterior posee un balcón de estilo plateresco, único en la ciudad. Desde 2011 se puede visitar viernes, sábado y domingo.
El Ministerio de Cultura, según ha podido saber este diario, ha pasado el correspondiente expediente (que está fechado en los años 70 del pasado siglo) a la Junta de Extremadura y es competencia de ésta, si lo considerase oportuno, ampliar la categoría de BIC al busto del emperador. ¿Qué ocurriría si la obra adquiriera esa condición? Que se paralizaría la venta y la pieza se quedaría en el bello palacio familiar, donde lleva mostrándose desde hace cinco largos siglos.