El flamenco nunca imaginado
La cantaora Rocío Márquez y el violagambista Fahmi Alqhai publican un trabajo que ata tiempos y estéticas lejanas con el cordón del flamenco.
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La cantaora Rocío Márquez y el violagambista Fahmi Alqhai publican un trabajo que ata tiempos y estéticas lejanas con el cordón del flamenco.
as músicas de raíz a menudo hacen crecer sus ramas hacia el futuro, mezclándose con otros estilos contemporáneos. Pero, ¿qué sucede si en realidad buscan el diálogo con tiempos pretéritos? ¿Extienden sus raíces más profundamente o podemos decir que sus ramas crecen haca el pasado? Eso es lo que han llevado a cabo la cantaora Rocío Márquez y el violagambista (un instrumento habitual en la música barroca) Fahmi Alqhai en el disco «Diálogos de viejos y nuevos sones» editado por la Bienal de Flamenco de Sevilla. «Partimos de la tradición, de todas las tradiciones que nos interesan, y las llevamos adonde la imaginación y la libertad nos han conducido. Nos hemos limitado a dejar volar nuestros aprendizajes y después, cuando ha sido necesario, hemos pulido el resultado», explica Márquez. Así es como han unido los cantes hoy vivos con sus orígenes, unos llegados a nosotros por la tradición oral y otros leídos en viejos manuscritos: cantes flamencos idos y venidos desde Andalucía al folclore americano y de nuevo a la Península, pero también chaconas y canarios que cruzaron el Atlántico para quedar escritos en los primeros libros de guitarra española allá por el siglo XVII; cantos en «ostinato» de Monteverdi, por ejemplo, junto a ancestrales seguiriyas, con su rueda de acordes pero con el aire que tendrían de haberse hecho en la Italia del «Seicento». ¿Más fantasías? Imaginen los cantes de Alosno junto al bello «Cant del ocells» catalán. «No teníamos premisas, aunque cada uno tiene su bagaje –dice Alqhai–. Pero no había temática impuesta ni un objetivo. Era una idea abierta que podía tener un contenido más escolástico como lo de ''Monteverdi'', que estaba pensado para que los puristas saltaran por la ventana», bromea. Tanto, que al final, no sabían ni cómo llamarle al disco. Lo hemos titulado así pero podríamos haber puesto cualquier cosa. «A mí me da igual lo que piensen los del flamenco. Yo intento ser respetuoso con lo que siento. Y hago lo que quiero, pero iba a hacer un disco con cadenas», dice Alqhai.