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El «Requiem» de Verdi envuelve el Real

La Fundación Excelentia organizó un concierto por el día de Todos los Santos en la ópera madrileña, que se llenó para escuchar una de las mejores piezas del afamado compositor italiano. El director Kynan John, los solistas, todos de renombre internacional, el coro de la asociación y la Orquesta Santa Cecilia fueron largamente aplaudidos por el público
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La Fundación Excelentia organizó un concierto por el día de Todos los Santos en la ópera madrileña, que se llenó para escuchar una de las mejores piezas del afamado compositor italiano. El director Kynan John, los solistas, todos de renombre internacional, el coro de la asociación y la Orquesta Santa Cecilia fueron largamente aplaudidos por el público.
El 1 de noviembre, día de Todos los Santos, es fiesta nacional. Se celebra la memoria de los familiares difuntos que ya no están entre nosotros, los cementerios reciben flores nuevas y en las iglesias se encienden más velas de las habituales. En los edificios religiosos se convocan a los fieles para honrar a los muertos, y si hay una ceremonia famosa que toma especial sentido ese día es la «Misa de Requiem», conocida simplemente como «Requiem», compuesta por Verdi en el año 1874. Esta pieza fue la escogida por la Fundación Excelentia -y LA RAZÓN- para que su Sociedad Coral y la Orquesta Clásica Santa Cecilia la interpretase el 1 de noviembre en el Teatro Real, con el patrocinio de Seat (que presentó su último lanzamiento, el «Arona»), The Water Company y Gesmedia.
El presidente de la Fundación Excelentia, Javier Martí, explicó que la elección de esta obra se debe a que «es el réquiem más operístico que existe y además en un entorno como el Teatro Real, el teatro de la ópera, nos parecía el más acertado. Asímismo, es una obra de gran solemnidad y envergadura donde han intervenido más de 220 artistas».
Culmen de su obra
El «Requiem» de Verdi destaca por la magnificencia de sus coros, y se trata de la última pieza no operística escrita por el genio italiano, que antes de su fallecimiento en 1901 sólo publicaría dos obras más, «Otello» y «Falstaff», con las que completaría junto a «Macbeth» su trilogía operística dedicada a Shakespeare. Por lo tanto, forma parte del periodo de madurez de Verdi, ya en el culmen de su creación. Hasta el punto de que es reconocida como unos de sus mejores invenciones. Algo muy curioso si se recuerda que el compositor italiano era bastante anticlerical, aunque era espiritual y se encontraba en constante búsqueda de Dios.
Lo encontró en este «Requiem» que compuso para su amigo y escritor Alessandro Manzoni, que murió en 1873. El aprecio que Verdi le tenía se plasma en la angustia y la fatalidad que transmite la música de esta pieza, en la que vuelve a demostrar que es uno de los compositores que más lejos ha llevado los instrumentos de cuerda. De ello disfrutaron los asistentes al concierto una vez que la inmensa pantalla que preside el Real se recogió entre bambalinas, y el escenario quedó visible al público.
Un público que llenó el histórico recinto –sólo quedó vacío el palco reservado a los Reyes de España–, en parte gracias a lo asequible de la entrada. «Pese a la gran cantidad de recursos que hay que emplear en el ‘‘Requiem’’ de Verdi, una orquesta sinfónica, cuatro solistas y un gran coro, los precios no han sido elevados, desde 25 euros. Es mucho más económicos que una ópera. Por lo tanto, mucha gente que nunca ha acudido al Teatro Real, la mayor institución cultural española, lo ha podido hacer. Aunque también hay que decir que, en estos momentos, el Teatro Real y su equipo, está realizando un gran trabajo en este sentido», afirma Martí.
Es cierto, la institución se ha renovado y los jóvenes se han visto atraídos por un género musical que, en principio, se supone que está destinado a gente de mayor edad. En este sentido, la Fundación Excelentia también realiza una labor importante, con la interpretación del «Requiem» entre otras actuaciones. «El objetivo de este concierto, como de todos los que hacemos, es difundir la música clásica al más alto nivel», destaca Javier Martí.
La mejor manera de promocionarla, piensan en Fundación Excelentia, es a través del verdadero talento. «Buscamos, antes de nada, la calidad del artista ya sea o no conocido. Para nosotros la música es la protagonista y prima ante todo la obra que interpretamos», añade Martí. El resultado es que, tras el concierto, el director Kynan Johns tuvo que hacer dos bises de saludos para responder a los cinco minutos de aplausos del público, tan contundente como las voces de los solistas: la soprano Nina Adlon, el tenor Salvatore Cordella, la mezzo, Claudia Marchi y el barítono Borja Quiza. Todo ellos «solistas muy reconocidos en el plano internacional y que han hecho un gran trabajo», subrayó Javier Martí.
Los cantantes, también los excelentes timbres del coro, lograron transmitir el mensaje que Verdi plasmó en su «Misa de Requiem». La muerte es la vida eterna. Sobre todo si se rinde homenaje a la memoria de los fallecidos, como cada día de Todos los Santos.