Festival de Sitges: el arte de desaparecer del mapa
Los filmes "Synchronic"y "Bacurau"copan una jornada en la que la ficción y la violencia han sido, como era de suponer, los temas principales
Los filmes "Synchronic"y "Bacurau"copan una jornada en la que la ficción y la violencia han sido, como era de suponer, los temas principales
El Festival de Sitges es el único evento de este tipo en el mundo en el que no se encienden los teléfonos en medio de la proyección: felicidades a un público responsable.
En esta nueva jornada de la cita, cabe mencionar en primer lugar "Synchronic", una película de Justin Benson y Aaron Moorhead, que trata la historia de dos médicos de Nueva Orleans que encuentran cadáveres cuya muerte ha sido provocada por una nueva droga experimental, hallazgo que origina una crisis personal a los doctores. Además, hay muchas secuencias de noche, donde no se ve con claridad. Curiosamente, Benson y Moorhead hicieron una película que estaba mejor, “El infinito”, donde todo se repetía una y otra vez. Es decir, su carrera va en una dirección descendente.
El otro filme a concurso es "Bacurau", dirigida por Kleber Mendonça Filho y Juliano Dornelles. El título hace alusión a un pueblo que aparece y desaparece del mapa por extraños motivos. Sin embargo, el verdadero problema de la cinta es que dura 131 minutos. Durante la primera hora no ocurre nada destacable y luego parece convertirse al género de ciencia ficción. Como principales protagonistas figuran Udo Kier -empezó su carrera trabajando con Andy Warhol- en el papel de Michael, y una gran estrella del cine brasileño como Sonia Braga, que interpreta en la cinta a Domingas.
La historia de "Bacurau"comienza con la muerte de doña Carmelita, de 94 años. Un tiempo después, surge la violencia, la acción y la sangre. El filme habría ganado bastante con menos duración. Asimismo, el largometraje, protagonizado por Barbara Colen en el papel de Teresa, ganó el Premio del Jurado en la pasada edición del Festival de Cannes.