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«Fuente Ovejuna», sin solidaridad

Javier Hernández-Simón y Alberto Conejero revisitan la obra de Lope de Vega para cambiar el punto de vista. Ya no miran al poder déspota, sino a un pueblo cruel y permisivo que no supo actuar debidamente
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Javier Hernández-Simón y Alberto Conejero revisitan la obra de Lope de Vega para cambiar el punto de vista: ya no miran al poder déspota, sino a un pueblo cruel y permisivo que no supo actuar debidamente
¿Ysi «Fuenteovejuna» no es lo que nos han contado? Javier Hernández-Simón y Alberto Conejero se hicieron esta pregunta cuando Helena Pimenta –directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico– les encargó la empresa, y han querido revisitar la obra de Lope de Vega desde otro punto de vista. Darle una mirada diferente y abandonar la de siempre: la de ese pueblo idealizado y unido, un levantamiento heroico ante el tirano. «Una idea que me costaba porque ahora me doy cuenta de que se rebelan tarde y de una forma cruenta para volver a un sistema idéntico al que tenían. Lo cambian todo para que no cambie nada. Nosotros percibimos una gran falta de solidaridad. Se levantan en armas cuando en el tercer acto violan a Laurencia, pero cuando antes le ha pasado a Jacinta allí no sucedió nada», comenta el director Hernández-Simón. Esa es la principal novedad de la «Fuente Ovejuna» –separado en este montaje– que llega al Teatro de la Comedia de la mano de La Joven.

Leal al original

Una versión «respetuosa» con el original, pero también «audaz y valiente» –explican– que mira hacia la actitud de la comunidad frente a un poder déspota más que en las maldades de este último. «Creo de este modo haber sido absolutamente leal al original que descubría y no tanto a aquella que cierta tradición me había relatado –defiende Conejero–. Porque más allá de la visión heredada, el texto es una radiografía feroz y punzante de las bondades y miserias de cualquier comunidad. Un retrato contradictorio de lo que somos como sociedad. De cómo reaccionamos según nuestros propios intereses ante la cadena imantada del Poder. De cómo en ocasiones todo parece cambiar para que todo pueda seguir igual. De quiénes propician y amparan la violencia como una voladura controlada. De la colisión permanente entre los intereses individuales y los colectivos. En definitiva: de la condición humana capaz de los actos más generosos y esforzados pero también de los más míseros y atroces», cierra el autor de la versión.
«Fuente Ovejuna» es un texto que contiene verdades para Hernández-Simón, certezas como la de «no haber logrado aprender nada de la historia» y insistir una y otra vez los mismos errores. Lope habló en el siglo XVII de un problema del XV que todavía hoy nos afecta una y otra vez. Un círculo continuo, algo vicioso. «Es algo tan repetido que la línea de trabajo y reflexiones que nos hacíamos iban en ese sentido: ¿por qué resulta tan sencillo mirar para otro lado cuando la injusticia no nos afecta personalmente? Es difícil entender cómo una comunidad permite durante tanto tiempo ser sometidos sin reaccionar», reconoce el director. Ahí radica la condición de clásico de esta obra, «en la capacidad que tiene de resultar contemporánea, viva, como recién creada, a lo largo del tiempo. Porque todo lo que está vivo es frágil y a la vez amenazante –habla Conejero–. Siguiendo la premisa de Brecht, procuré la intimidad y no la intimidación ante esta luminaria en verso de la experiencia humana. He visitado ‘‘Fuenteovejuna’’ desprendiéndome de los parapetos del estudio y de la tradición para descubrirla como un viajero desnudo de certezas. Se trata de encontrar lo que ‘‘Fuente Ovejuna’’ sabe de nosotros y no lo que nosotros creemos saber de ella».
Así, Javier Hernández-Simón une la del texto con el mundo de hoy en esa «falta de solidaridad» y habla de un «deber de rebelión», que no derecho, que se debe saber controlar: «Hay que ver cómo es, este pueblo es muy salvaje y así no se consiguen cambios reales. Intentar un nuevo sistema a partir del odio no resulta un buen camino como nos ha demostrado la historia». Dice su director que, cuanto más trabaja con el texto, se da cuenta de que «Fuente Ovejuna» «va sobre el miedo y éste es muy mal consejero. Por ello que su semilla se esté instalando ahora en Europa nos acabará, como en la obra, llevando a la injusticia y la crueldad. Pero no siempre es fácil apartarse de él», concluye el director.
l dónde: Teatros del Canal (Sala Roja). Madrid. l cuándo: desde hoy al 11 de junio. l cuánto: de 4 a 24 euros.

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