Washington D. C.

José Andrés abre una coctelería en Washington

El cocinero José Andrés, elegido esta semana embajador honorario de la Marca España, abrió hoy una coctelería en la capital estadounidense, en la que servirá combinados "a medida"mediante una innovadora propuesta en la relación camarero-cliente.

"Aquí no haremos recomendaciones. Cuando el cliente llegue, un barman le dará la bienvenida y entablará una conversación con él, en la que hablarán de temas muy variados", explicó a Efe el responsable de cócteles de los restaurantes propiedad de José Andrés, Juan Coronado.

"En función de las respuestas y actitud del cliente, el camarero le orientará, y entre ambos decidirán cuál es el mejor cóctel para él", dijo Coronado, quien indicó que el objetivo es tratar de lograr "tragos a medida".

"Una de las preguntas que podría hacer el camarero es '¿Dónde te irías mañana de vacaciones?' y si, por ejemplo, respondes 'Filipinas', el camarero empezará a pensar en frutas y licores del lugar, en este caso, whiskey o ron y algo de mango", señaló.

El local, que se inauguró en ausencia de José Andrés (de viaje en Haití, donde desarrolla varios proyectos de colaboración con ONG's), tiene capacidad para un máximo de 26 personas, por lo que es imprescindible tener reserva previa.

Aun así, se trata de una propuesta con precios "populares"-la mayoría de combinados rondan los 14 ó 16 dólares- y, aunque lo fundamental son los cócteles, también se sirven algunos "snacks"de comida para acompañar los combinados, incluyendo jamón ibérico.

"Tenemos 106 cócteles -entre los que hay clásicos, contemporáneos y de vanguardia- y tres ponches, aunque el menú cambiará según la estación. Ahora mismo, empezamos con la carta de invierno con algún combinado de primavera", explicó Coronado.

De entre toda la amplia variedad, el experto en coctelería -único responsable en la elaboración de la carta- destacó un combinado propio realizado a partir de la mezcla de cacahuete tostado y licor. del que se obtiene un destilado "diez veces más aromático que el cacahuete".

"A esto le añadimos un vinagre de piña y miel casero, así como un poco de azúcar y mezclamos. De guarnición, cacahuete molido con escarchas de sal", dijo Coronado, quien aseguró que el resultado es un cóctel de color amarillo con "un aroma estupendo y un 40 % de alcohol".

Más allá del producto servido, el local cuenta con una distribución innovadora, en la que no se distingue el espacio destinado al trabajo de los camareros del que ocupa la clientela.

"El cliente puede entrar y ver qué está haciendo el barman, elegir sus ingredientes... Se trata de que el cliente se integre en el proceso, no escondemos nada y por eso no hay una separación definida entre la barra y el resto del local", concluyó Coronado.