Johnny Hallyday, el millonario disco póstumo de la discordia

Minutos antes de la medianoche del pasado 19 de octubre, una larga fila de gente a las puertas de unos conocidos almacenes de los Campos Elíseos en París era la prueba de fuego de que el acontecimiento era de altura. Allí, en mitad de la noche, esperando el momento del reencuentro con su ídolo a poco de cumplirse un año de su muerte. El disco póstumo de Johnny Hallyday, roquero patrio por excelencia e ídolo de varias generaciones de franceses, era ya álbum de platino esa misma noche. La firma Warner Music sacó 800.000 ejemplares para su lanzamiento en varios almacenes abiertos para tal ocasión. Algo que en ese país pocos, o más bien nadie, aparte de Hallyday, puede conseguir. El acontecimiento venía siendo cebado por una intensa campaña de márketing en redes sociales desde hacía días que cumplía con todos los ingredientes para ser el bombazo musical del año en Francia. El disco póstumo de Johnny, envuelto en una tremenda batalla judicial por su herencia, con intentos de por medio para retrasar su salida y un absoluto secretismo para evitar filtraciones de las canciones en internet antes de su publicación. Una especie de tormenta perfecta a medio camino entre la Prensa del corazón y todas las técnicas del márketing del siglo XXI puestas a disposición del último encuentro del gran ídolo de masas francés con su público. Incluso la viuda del cantante, Laeticia Hallyday, regresó a Francia desde Los Ángeles, donde vive con sus dos hijas, para la promoción del álbum y ya de paso dar algunas entrevistas para subrayar que Hallyday no fue alguien manipulable y que ella no era la oscura madrastra que los hijos biológicos de Johnny intentan hacer creer. Un auténtico culebrón por entregas escenificado en tribunales, despachos de abogados de prestigio y revistas que los galos han devorado con enorme interés y del que no falta ni quienes opinan que las calculadas peleas de todo el clan también forman parte del negocio presente. Los derechos de este disco fueron uno de los motivos de choque entre su viuda y sus hijos biológicos, David Hallyday y Laura Smet. En abril, un tribunal ya rechazó la petición de estos últimos de supervisar el contenido del disco. «Mon pays c’est l’amour» es el álbum número 51 en su carrera e incluye diez canciones inéditas que empezó a grabar en California en 2017, meses antes de morir de cáncer a los 74 años. Las primeras críticas en los medios franceses han sido muy favorables y hablan de un cantante que recupera sus raíces más roqueras y que hace alarde de la energía de su voz pese a la enfermedad que sufría desde hacía tiempo.