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Kate Morton: «Estamos unidos genéticamente con el pasado»

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  • La Razón es un diario español de información general y de tirada nacional fundado en 1998

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Es la escritora que más libros vende, la que más lectores convoca, la más traducida y la que resulta más adictiva.
Es la escritora que más libros vende, la que más lectores convoca, la más traducida y la que resulta más adictiva. Con «El cumpleaños secreto» (Suma de Letra) ha disfrutado de nuestro país y de sus numerosos fans.
–¿Sabe que suscita pasión en un público de lo más transversal?
–¡Me encanta! Cuando me piden que describa el lector de mis novelas, no puedo: jóvenes, amas de casa, lectores compulsivos... Todo el que se acerca a un libro mío busca lo que yo intento: desaparecer en una historia.
–Dramas familiares, secretos, traiciones, amores frustrados, misterio... ¿Son la «marca Morton»?
–Esas son mis obsesiones y atracciones. Mientras siga sintiendo estas pasiones seguiré escribiendo. ¡Porque siento que es verdadero y que engancha con mi lector
–¿Cree que la familia es la primera «célula terrorista» de la historia?
–Para mí es totalmente cierto, pero sólo en mis novelas. Digamos que el arma de esta «célula terrorista» sería el secreto; los secretos enquistados, que con el tiempo terminan detonando.
–Un pasado imposible de superar y unido al presente. ¿Debe ser el terror de los terapeutas...?
–(risas) La ficción corre por otros fueros. Pero algo de cierto existe en que el presente no viene dado solo. Está relacionado con el ayer. Estamos conectados emocionalmente, psicológicamente, genéticamente con el pasado. Venimos de allí y allí nos gusta regresar, aunque sea en la ficción.
-Y le atraen los laberintos.
–¡Ni te imaginas! Los físicos, los metafóricos y los emocionales.
-En sus libros los recuerdos acaban convirtiéndose en un «protagonista» más de la historia.
–Los recuerdos no son absolutos, porque los malversamos y los retorcemos. Para un escritor son un regalo. Cada uno rememora un matiz distinto y me abre muchas vías.
–En sus páginas se oyen ecos de Maupassant, tormentas psicológicas de Bradbury...
–Es una mezcla de todo ello. A veces los críticos sacan esa conclusión. He leído a expertos decir que tengo influencias de autores que no he leído jamás (risas)..
-Pero gótica y victoriana, ¿si se confesará...?
–¡Sin duda! La novela del XIX, James, las hermanas Brontë.... Su textura, las capas, las atmósferas... Me siento identificada con esa tridimensionalidad e intento utilizarla.
–Siente predilección por la Segunda Guerra Mundial y Europa. ¿Se ve abordando una novela en el siglo XXI, con internet, Facebook...?
–No lo creo. Los personajes más difíciles de crear para mí son las mujeres de mi edad. El mundo actual ya me invade. Escribir es irme lejos, a otro lugar. Además, no tengo Twiter ni Facebook.
–¿Sus historias nacen a partir de una imagen?
–No necesariamente... Pero sí recabo instantes que guardo en la memoria y que son fragmentos o futuras situaciones que revisito cuando escribo. Como ahora. Quizá una protagonista pueda tener tu rostro o tu manera de moverte. Que conste que la niña subida en un árbol que ve algo que no debería haber visto –de esta novela– ya era una idea que quería incluir en otros libros, pero no me cuadraba.
–Necesitará una hoja de ruta para imbricar todas las historias.
–Lo que tengo es algo que parece un caos. Para cada novela acumulo diez cuadernos con ideas, estructuras, diagramas, diálogos....
–Sus libros son muy cinematográficos.
–Hay posibilidad de que «El jardín olvidado» se haga película. Yo quiero escribir y crear historias. Si se hace una sería fantástico, pero me queda lejos. Es como si tuviera que añadir un capítulo más a cualquiera de mis libros.
–¿Manías a la hora de escribir?
–No puedo concentrarme más de dos horas seguidas, tengo que quitarme las pulseras mientras escribo.... Y, lo peor: necesito cambiar de habitación para escribir cada libro.
–Un poco rarita, ¿no?
–Es que tengo que deshacerme de los personajes de la anterior. Además, el giro final de la novela lo cierra todo. Narrativamente sólo podía ser así. Y vivencialmente, también necesito un «corte» emocional para que no acudan los fantasmas pasados...
–Muchos escritores sufren bloqueos tras un éxito.
–De momento, yo no los he tenido. Es más, te voy a avanzar algo de mi nueva historia.Años veinte, el caso sin resolver de un niño desaparecido, y pasado y presente moviéndose en zigzag.

El secreto de una novelista

Kate Morton está convencida de que la familia guarda secretos que siempre merecen estar presentes en las novelas, como ocurre en su último libro «El cumpleaños secreto». Aunque ya había seducido a veinte países y en más de treinta idiomas con sus tres títulos anteriores: «La casa de Riverton», «El jardín olvidados» y «Las horas distantes»: «¡Sospecho que todo eso de cartas perdidas, diarios secretos y confesiones lo escribo porque nunca me sucedió a mí!».
«El cumpleaños secreto»
Kate Morton
Summa
510 páginas
19,95 eurose-book 10,44euros

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