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Ishiguro, un Nobel a la emoción

El escritor inglés de origen japonés, autor de «Los restos del día», gana el máximo galardón de las letras por la «gran fuerza emocional» de sus novelas y crear «un universo estético propio»
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El escritor inglés de origen japonés, autor de «Los restos del día», gana el máximo galardón de las letras por la «gran fuerza emocional» de sus novelas y crear «un universo estético propio».
El británico Kazuo Ishiguro, de 62 años, autor de «Los restos del día», recibió ayer el Premio Nobel de Literatura. La Academia Sueca elogió sus «novelas de gran fuerza emocional que descubrieron el abismo bajo nuestro sentido ilusorio de conexión con el mundo». La elección del escritor de origen japonés resultó una sorpresa, pero sus credenciales literarias, de primer orden, devuelven el galardón a un territorio más familiar tras la polémica del año pasado al otorgar esa distinción a Bob Dylan.Pero si no hubiera sido por el músico, Ishiguro seguramente no se habría convertido en escritor. «Él siempre ha sido uno de mis grandes héroes», aseguraba él ayer en Londres durante la abarrotada rueda de prensa que se celebró en la editorial Feber and Feber. «Cuando le dieron el premio a Dylan, estaba eufórico no solo por el gran reconocimiento que se hacía a su trabajo sino por el reconocimiento que se hacía a la música como forma de arte», señaló. «Siempre he estado a favor de la expansión de las artes y de la conexión que se puede establecer entre sus diferentes formas», matizó.
Después, el escritor reconoció sentirse «asombrosamente halagado» por haber ganado en esta edición y confió en que, ante el actual contexto mundial, los nobeles puedan suponer «una fuerza positiva». «El mundo atraviesa un momento de incertidumbre y confiaría en que estos premios fueran una fuerza para algo positivo en el mundo», afirmó al inicio de su intervención. A continuación señaló que se sentiría «profundamente conmovido» si pudiera «de alguna manera, contribuir a crear una atmósfera positiva en esta época de incertidumbre». «Estoy preocupado por muchas cosas, entre ellas el auge de los nacionalismos y los populismos. Creo que hay un gran vacío de los valores fundamentales, pero tengo fe y sé que las cosas mejorarán», manifestó. Con todo, aseguró que él no escribe para los políticos, sino «para comunicar sentimientos a las personas». A pesar de su timidez, Ishiguro hizo reír a la sala al contar cómo se había enterado de la gran noticia: «Estaba en la cocina tomando un café y respondiendo a unos emails y me lo dijo mi agente. Pensé que se trataba de una broma, pero luego me lo confirmó la BBC y fue entonces cuando llamé a mi mujer que estaba en la peluquería. La pobre había pasado meses decidiendo el nuevo color de pelo que se iba a poner, pero le dije “ven si puedes para casa porque corre el rumor de que he ganado el Premio Nobel”». El escritor asegura que su esposa es su primera editora. «Cuando ella me conoció yo quería ser compositor. Así que aún me sigue leyendo como alguien que aspira a ser escritor y a veces sus críticas son brutales», señaló.
No fue hasta mitad de la mañana cuando recibió la llamada de Sara Danius, secretaria de la Academia Sueca. «Fue una llamada tremendamente informal. Esperaba algo muy protocolario, pero fue encantadora, cercana y me dijo cosas sobre mi obra que me emocionaron», matizó. «Me preguntó si estaba muy ocupado y si podría ir a la ceremonia de entrega en diciembre y yo le dije que por supuesto», añadió. Tras asimilar la noticia, el autor asegura que el haber sido elegido «significa un magnífico honor porque significa que sigo los pasos de los grandes autores y eso es una mención espectacular», comentó.
una broma
Por su parte, Danius dijo estar convencida de que la elección de Ishiguro «hará al mundo feliz». «Es un escritor de una gran integridad. No mira hacia un lado, ha desarrollado un universo estético propio», apuntó. «Es alguien que está muy interesado en entender el pasado, pero no es un escritor Proustiano, no está dispuesto a redimir el pasado, está explorando lo que hay que olvidar para sobrevivir en primer lugar como individuo o como una sociedad». Danius describió la escritura del galardonado como una mezcla de las obras de Jane Austen y Franz Kafka. «Tienes que añadir también un poco de Marcel Proust en la mezcla y luego la mueves, pero no demasiado, y tienes sus obras». Ishiguro dijo sentirse reconocido con esa descripción. Confesó que su autor favorito siempre había sido Dostoyevsky, aunque reconoce que no ha influido en sus obras.
Nacido en Nagasaki (Japón), estudió escritura creativa en la Universidad de East Anglia y publicó su primera novela, «Pálida luz en las colinas» en 1982. Ha sido escritor a tiempo completo desde entonces. Según la Academia, los temas de «memoria, tiempo y autoengaño» se entrelazan en su obra, particularmente en «Los Restos del Día», con la que ganó el Booker en 1989.
Sus novelas más recientes han dado un giro a lo fantástico: «Nunca me abandones» (Premio Novela Europea Casino de Santiago) está ambientada en una versión ficticia de Inglaterra –por cierto, este título también fue adaptado a la gran pantalla–, mientras que «El gigante enterrado», publicado hace dos años, relata la historia de una pareja de ancianos en un viaje por carretera a través de un paisaje inglés extraño y sobrenatural. Sobre ésta última, la Academia Sueca asegura que se «explora a través del movimiento cómo la memoria se relaciona con el olvido, la historia con el presente y la fantasía con la realidad».
Aparte de sus ocho libros, que incluyen la colección de cuentos «Nocturno», Ishiguro ha escrito también guiones para cine y televisión. Su obra ha sido traducida a más de 40 idiomas y en España se ha publicado en su mayoría por la editorial Anagrama.
Según el poeta Andrew Motion, «el mundo imaginativo de Ishiguro tiene la gran virtud y el valor de ser simultáneamente muy individual y profundamente familiar: un mundo de perplejidad, aislamiento, vigilancia, amenaza y maravilla». Para él, «sus historias reposan sobre principios fundadores que combinan un tipo de reserva muy exigente con indicaciones igualmente de intensidad emocional. Es una combinación notable y fascinante, y es maravilloso que haya sido reconocido con el Nobel».