La cultura, ese lujo al alcance de todos
El Círculo Fortuny reúne en el Ritz a los responsables de las principales instituciones culturales para analizar la situación de un sector que debe ser el «ascensor social» de España
El Círculo Fortuny reúne en el Ritz a los responsables de las principales instituciones culturales para analizar la situación de un sector que debe ser el «ascensor social» de España.
Ayer se reunía Pedro Sánchez con representantes de la cultura para trazar las líneas de su penduleante proyecto en el círculo de Bellas Artes, en la madrileña calle Alcalá. Y no muy lejos de allí, apenas a cinco minutos andando –diez a lo sumo–, en la plaza de la Lealtad, se producía una reunión de algunos de esos representantes que hubieran acogido de buen agrado formar parte de la velada, o, por qué no, contar en la mesa con la presencia del líder socialista.
Miguel Zugaza, Evelio Acevedo y Roger Guasch, directores del Museo del Prado, el Thyssen y el Gran Teatro del Liceu –respectivamente–, junto a Blanca Pons-Sorolla, presidenta de la Comisión Permanente Fundación Museo Sorolla, Flavia Hohenlohe, vocal de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli, y Christian Tavelli, director General del Hotel Ritz de Madrid –donde se celebraba el acto presidido por Carlos Falcó, presidente del Círculo Fortuny– eran sus nombres. Los cabezas de sus respectivas instituciones se reunieron para conversar sobre la relación de la cultura y el patrimonio histórico con las tradiciones que conforman el aura de excelencia de España, así como para dar la bienvenida a los museos de El Prado y Thyssen-Bornemisza en el Círculo.
En la cabeza, una idea muy clara que fueron repitiendo los intervinientes uno detrás de otro: «La cultura no puede ser un lujo exclusivo de unos pocos, tiene que ser accesible a todas las audiencias», ser ese «ascensor que ayude a las sociedades a crecer», exponía el director del Liceu. Algo «fundamental y uno de los sectores de futuro que va a salvar la situación del país», resumía Miguel Zugaza. Unas pautas que fueron enumerando y en las que destacaba ese «papel social» basado en el modelo del Círculo Fortuny, compuesto de «excelencia, internacionalización e innovación».
Trabajar en un nuevo modelo museístico fue otro de los puntos tratados en el salón del Ritz, en el que se apostó por profesionalizar el sector y dejarse de tejemanejes políticos que mareen las instituciones. «No estamos aquí para hacer dinero, sino para hacer sostenibles los proyectos», coincidían Acevedo y Guasch a la vez que hacían visibles sus casos. Uno, ,al frente del museo madrileño por su experiencia como gestor y otro elegido por un «head hunter» para liderar el remonte del coliseo de la Ciudad Condal –«que no es de Barcelona, está en Barcelona para el mundo»– después de perder un 30 por ciento de las ayudas que recibía.
Salió en al conversación la casi siempre polémica Ley de Mecenazgo. Para el director de El Prado es «una pena que el contexto de los últimos años haya hecho priorizar otras cosas, pese a existir buenas líneas e intenciones como el micromecenazgo»; para Guasch se trata de «una cuestión que no puede perder otros cuatro años. Si quien abandere el proyecto no puede sacarlo adelante, debe dimitir, pues así nunca vamos a avanzar», apostillaba. Aprovechar un turismo que se mueve en gran medida por la oferta cultural, no mirar a corto plazo y buscar un gran consenso de Estado –«como en Educación», expusieron– fueron los otros grandes asuntos que se aboradaron.