La cultura pide una fiscalía especial contra la «piratería»
Enrique Cerezo lanza esta idea ante José María Lassalle en un foro que contó con la presencia de José Creuheras, José Miguel Fernández-Sastrón y Miguel Zugaza
«Nuestra cultura», esa es la respuesta taxativa que daba ayer José María Lassalle, secretario de Estado del ramo a la pregunta ¿Qué es la marca España? que se hacía ayer en el «Observatorio Abc». El diario sentaba en la misma mesa al director del Museo del Prado, Miguel Zugaza, al vicepresidente de SGAE, José Miguel Fernández- Sastrón, al productor y presidente de Egeda, Enrique Cerezo, y al vicepresidente del Grupo Planeta, José Creuheras. Cerezo insistió una vez más en su lucha contra la «piratería» que se vive en la red y propuso la creación de una Fiscalía de Derechos de la Propiedad Intelectual. «La piratería es un robo. Estoy de acuerdo con que la legislación nos debe proteger. La sociedad española tiene un problema educacional. A mí me cuesta explicarles a mis hijos que no se pueden descargar cosas gratis, que detrás hay alguien que ha puesto sus horas de trabajo», aportó Creuheras.
«Robar es delito»
«No hay ningún gobierno que se atreva a meterse con los internautas», terció Cerezo pidiendo medidas aún más contundentes para concienciar a aquellos que no consideran que se debe pagar por lo que ha sido creado por terceros. «El código penal ya dice desde hace cientos de años que robar es delito», sentenció.
Por su parte, Lassalle sacó pecho al recordar que «el problema de la piratería viene arrastrando en este país durante varios años nos ha llevado a la Watch List por una cultura extendida socialmente de que los productos culturales debían ser gratis. Por primera vez este Gobierno lo ha regulado: cambiamos el código penal, habrá persecución delictiva de las vulneraciones; la ley de enjuiciamiento civil, ya que a partir de ahora los agraviados van a poder reclamar daños y prejuicios; y la ley de propiedad intelectual, que está en camino. Todo eso van a cambiar radicalmente este escenario», aseguró el secretario de Estado de Cultura.
«Cuando nos referimos a la marca España, no hablamos de un país, sino de un territorio. La lengua española es un atributo de marca que todos quisieran», asegura Creuheras. El directivo de Planeta recordó que hoy "es imposible disociar la dicotomía de bien cultural y económico. Hay que competir desde la óptica empresarial. El 15% del PIB de los países suele corresponder a la lengua. Por ejemplo, el sector del libro mueve en nuestro país 5.400 millones de facturación anual, lo que supone la décima parte del superávit de la balanza comercial española. Con todas las dificultades, este sector está liderando. Debemos ser competitivos».
Liderar con el español
Apoyó sus razonamientos en cifras como que el español es la segunda lengua internacional en el mundo y la primera materna, así como que la cadena en castellano Univisión está consiguiendo récords en «prime time» en EE UU. Para Sastrón, el representante de los autores, «ess nuestro gran argumento. Lo que está por ver es si la cultura en español va a ser liderada desde España o vamos a ser una isla en el Atlántico».
Zugaza fue el menos optimista respecto a la posibilidades de España en el mercado cultural internacional: «Hay que ser realista. En el terreno de las artes estamos en un punto muy bajo en la edad contemporánea. El pulso de interés por el español en las artes se ha ido perdiendo. Las universidades internacionales y los museos han dejado de mirar a lo español para hablar de Latinoamérica». El director de la primera pinacoteca española subrayó que las dinámicas cambian rápidamente y pidió precaución a la hora de hablar de «hegemonías», y prestar más atención a Europa: «Si la sociedad valorara de otra manera esa cultura, los poderes públicos se andarían con más ojo a la hora de regular y repartir los presupuestos», sentenció.
«América no es un problema»
Creuheras, por su parte, recordó que «España tiene un reconocimiento en toda Latinoamérica que debemos saber capitalizar. Estamos liderando el mercado editorial desde España. Hace unos años se veía como secundario, pero esto hoy no es así. Esos 170 editores que han cruzado el Atlántico trabajan con autores locales que no publican en editoriales locales. En cualquiera de estos países hay mucho reconocimiento de series y películas españolas. Si la marca España y la cultura está sustentada en España, América no es un problema, sigue siendo una oportunidad».
También se abordó la necesidad de subvencionar la cultura frente a la filosofía del Gobierno actual, que apuesta por la desgravación y las palancas fiscales: «Toda Europa está subvencionada, sobre todo el mundo del cine, de una forma muy superior a aquí. Se ha contado tan mal el tema de las ayudas que los únicos perjudicados son los que las reciben –asegura Cerezo–. Para empezar, tardan dos años en devolver la inversión que hacemos los productores y, mientras tanto, hay que pagar intereses. Sin esas subvenciones no se podría hacer cine en España ni en Europa. A partir de los premios Goya del "No a la guerra"todo fue un desastre. Antes iba mucha más gente a ver cine español. Está costando mucho cambiar esa imagen en España que contrasta con la buena que tiene fuera». Sastrón apoyó esta misma teoría: «Las cifras de las subvenciones son inferiores frente a las que se dan en Francia y también con respecto a otras industrias. Nadie va a cuestionar a Velázquez, pero lo importante es lo que está ocurriendo ahora», aseguró el representante de SGAE en defensa de los creadores actuales. «El aspecto económico es fundamental –continuó–. La cultura no es un ente. La base está en el autor, esa es la gasolina. Sin el autor no es nada. Pero, ¿le estamos protegiendo? Él tiene dos herramientas fundamental: los derechos exclusivos y la gestión colectiva, esta última ahora se cuestiona cuando ha sido un éxito histórico. No podemos ir hacia atrás». El vicepresidente de la entidad de gestión también reclamó a la administración sensibilidad a la hora de recaudar: «Se grava al creador un solo año, el que recauda, cuando todo el mundo sabe que el proceso de creación dura varios, así que esos ingresos son el resultado de diferentes ejercicio. Y esa sensibilidad no parece que exista».
Desde otra perspectiva, la de cuidar el importante legado histórico de nuestro país, que también es una fuente de turismo, Zugaza aseguró que no es una cuestión competitiva como el cine que tiene festivales. «España ha dado un salto de campeonato. El tejido profesional ha crecido, fantásticos conservadores, gestores. Somos muy competitivos que es lo que debemos lograr en los demás sectores de la cultura». Para uno como el suyo, la Ley de Mecenazgo parece fundamental. Lassalle se dio por aludido y contestó: «Es verdad que ésta es una medida que estaba en nuestro programa cultural. Es una batalla que estoy dando ante el Ministerio de Hacienda. No solamente debe reclamarlo el mundo de la cultura porque afectará a ámbitos como la salud, la universidad...».