El Rey abdica

La reunión que terminó con la dimisión de Suárez

El escritor Abel Hernández
El escritor Abel Hernándezlarazon

En Enero de 1981 Adolfo Suárez estaba convencido, a pesar de las dificultades de su Gobierno, que sería reelegido presidente y que su proyecto político como primer presidente democrático tras la Transición esta lejos de concluir. Sin embargo en el Palacio de la Zarzuela se viviría un episodio protagonizado por militares que cambiaría el signo de las cosas y sería el detonante de la dimisión de Adolfo Suárez anunciada a través de un comunicado televisado el 29 de enero de aquel año.

La Agencia Akúo ha tratado estos temas con el periodista Abel Hernández, que en su libro «Secretos de la Transición» (Ed. Plaza y Valdés) relata cómo un grupo de militares se presentaron en el Palacio de la Zarzuela y pidieron al entonces jefe de la Casa Real, Sabino Fernández Campo, la presencia del Rey y Suárez.

Los pormenores de lo que ocurrió en aquella tensa reunión que termina con un Suárez abatido y convencido de que lo mejor para España es su dimisión están narrados en este libro por un testigo de todo lo sucedido en la esfera política de nuestro país los años que llamamos Transición. La soledad en la que sitió Suárez los últimos meses de su Gobierno, el diálogo entre Tejero y Adolfo Suárez en una sala dónde le tenían retenido, el dinero que su cuñado trataba de reunir desesperadamente para fletar un avión y sacar a la familia del presidente del España o su delicado estado de salud ya en 1980 son otros de los «Secretos de la Transición» relatados por Abel Hernández en este reciente volumen.

Otros secretos silenciados

En «Secretos de la Transición» se desmenuza el proceso de negociación que llevó a sentar a la mesa a los que finalmente redactaron la Constitución. Abel Hernández cuenta cómo el PSOE cedió un asiento a CiU para evitar que el «viejo profesor» Tierno Galván se sentará a la mesa. Felipe González quería así que el socialismo sólo hablara a través de su partido.

El gran error fueron las ausencias. Cuando el PNV se ve desplazado, Arzalluz pronuncia la frase: «Nunca se arrepentirán suficientemente de que estemos allí». Este hecho, asegura el autor, ha marcado la política española desde entonces.

El libro también revela que los grandes pactos se alcanzaron fuera del Congreso. Incluso en la intimidad de un convento de monjas tomaron forma alguno de los pactos de Estado que marcarían en mayor medida el futuro de la política española. Este fue el caso de Felipe González que, aun estando en la oposición, se reunió con prebostes de la Iglesia para trazar un plan sobre Educación.

Muestra de que los acuerdos no se realizan en la cámara baja era la apariencia de partidas de mus de las primeras sesiones plenarias en las nuevas cortes democráticas. Torcer la boca hacia derecha o izquierda era la forma con la que los negociadores anunciaban a sus compañeros hacia qué lado se había decantando el consenso.