La visita del rey también servirá para potenciar el español en Marruecos
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La cultura y la educación ocuparán un importante papel en el viaje que el rey Juan Carlos I emprende el lunes a Marruecos, un país con una de las mayores concentraciones de Institutos Cervantes y colegios de titularidad española.
La cultura y la educación ocuparán un importante papel en el viaje que el rey Juan Carlos I emprende el lunes a Marruecos, un país con una de las mayores concentraciones de Institutos Cervantes y colegios de titularidad española.
Durante muchos años se ha pregonado la idea triunfalista de que existían en Marruecos 4 millones de hispanohablantes, residentes en el antiguo protectorado en el norte del país, pero la realidad es que el español, pese al interés que despierta entre estudiantes de todo el país, ha perdido mucho terreno, sobre todo en el norte, y nadie se atreve a aventurar la cifra real, mucho más modesta.
La lengua y la cultura españolas entran en Marruecos por tres vías: primero, la de los institutos Cervantes (segunda red en el mundo, tras la de Brasil), en los que el pasado curso escolar se matricularon 12.000 alumnos.
Esos seis centros Cervantes, que dan empleo a 200 profesores (casi todos españoles) programaron el pasado curso casi 500 actividades culturales, que atrajeron a un público de 50.000 personas en total en ciclos de cine, conciertos o recitales de poesía, entre otros.
En segundo lugar están los diez centros educativos (colegios, institutos y centros de formación profesional) de titularidad española, donde 5.000 alumnos, casi todos marroquíes, estudian el programa de la educación pública española, y que por consiguiente tienen en las universidades españolas su salida natural.
Por último, hay siete departamentos universitarios de Lengua y Literatura española repartidos por todo Marruecos, y en ellos se matricularon el pasado curso 2.328 alumnos.
Con ser significativos, todos estos datos palidecen en comparación con la importancia que la lengua y la cultura francesa: Francia tiene en Marruecos una red de 38 escuelas donde estudian 30.000 alumnos, además diez institutos culturales con más de 65.000 estudiantes; así, no es de extrañar que un 61 % de jóvenes que deciden estudiar fuera de Marruecos lo haga en Francia (30.000, frente a los 4.400 que van a España).
En el ámbito económico-comercial España ya ha conseguido desbancar a Francia como primer socio comercial de Marruecos, posición que el país galo había ocupado durante décadas, gracias precisamente al peso del francés en este país y al hecho de que es la primera lengua extranjera (antes que el inglés) en la escuela marroquí.
Ante esta situación, y para dar una señal inequívoca de apuesta por el país magrebí, acompañarán al rey Juan Carlos el director general del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, y trece rectores o vicerrectores de universidades españolas, entre las que destacan las geográficamente más cercanas (andaluzas y canarias).
La diplomacia española es consciente de que una mayor presencia del español en Marruecos puede tener resultados que van mucho más allá del ámbito educativo, y el embajador español en Rabat, Alberto Navarro, cree que medidas como los convenios universitarios o la facilitación de visados para estudiantes marroquíes pueden atraer a más jóvenes marroquíes a España.
Navarro pone como ejemplo el "gesto"que España ha tenido al eximir a los estudiantes marroquíes de la subida del 100 % de las tasas universitarias que la ley permite para los estudiantes extranjeros en España.
Además de la cuestión educativa, la visita del monarca tiene también una parte estrictamente cultural, pues el martes inaugurará una exposición sobre los 25 años de cooperación arqueológica española en Marruecos en la Biblioteca Nacional.
La exposición contendrá paneles explicativos y varias piezas simbólicas de algunos de los proyectos más importantes, que precisamente se centran en la zona del antiguo protectorado y entre los que sobresale el yacimiento de Lixus (la antigua ciudad romana junto a Larache).
Yacimientos de la prehistoria, de la edad romana y de la era islámica han acogido en estos 25 años equipos binacionales hispano-marroquíes que han puesto en valor la riqueza histórica de Marruecos, y los españoles (gracias a la experiencia en la preservación de su propio legado islámico) han sido particularmente activos en la conservación del patrimonio arquitectónico de Marruecos.