Las 5 polémicas de ARCO (antes de «Ninot»)
No falla, cada edición de la feria madrileña viene acompañada de su dosis oportuna de controversia
Un nuevo día de la marmota en la feria
Que ARCO es una feria que da titulares es una verdad como un templo y que cada año hay una obra que se erige en protagonista, también. El ya saliente Carlos Urroz bien lo sabe tras haber vivido de primera mano alguna de las controversias más sonadas, como «Ninot», de Santiago Sierra y Eugenio Merino, que, sin duda, se lleva en estos días la palma de la polémica.
Estas son algunas de las más sonadas:
«Starway to heaven» (2010):
Eugenio Merino provocó la ira de varias religiones con con esta «Escalera al cielo», una escultura en la que se podía ver a un árabe rezando, un sacerdote católico sobre él y en la cúspide un rabino. La embajada de Israel en España se quejó.
«Always Franco» (2012):
De nuevo Eugenio Merino en el centro de la polémica. Le costó un pleito con la Fundación Francisco Franco que ganó. En ella el caudillo, una figura realizada con enorme verosimilitud, aparecía dentro de un congelador. Se llevó titulares y «selfies».
«No hay pan para tanto chorizo» (2015):
La indignada obra de tan explícito titular estaba firmada por Antoni Miralda. El 15-M estaba en pleno apogeo y era el momento de las obras reivindicativas. La pieza estaba realizada sobre una masa que era parecida a las galletas y las letras eran de tinta comestible.
«Congress topless» (2014):
El francés Yann Leto formó esta instalación-performance, no apta para menores de 18 años en la que dos strippers bailaban en una barra. Había dos pases al día que estaban abarrotados. Se pudo ver en la galería T-20, de Murcia, que al año siguiente no fue seleccionada.
«Los presos políticos» (2018)
Santiago Sierra fue el autor de la obra que Ifema retiró la pasada edición de la feria. Presentada por la galería Helga de Alvear y retirada para «evitar polémicas» identificaba a los Jordis y Junqueras como presos políticos. La obra (24 fotografías pixeladas) se vendió como obra única antes de inaugurarse ARCO 2018 por 80.000 euros. Tatxo Benet, su propietario, la acaba de pasear por Madrid.