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Así fue el renacer de Harlem

larazon

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«El paraíso de los negros» se publicó por primera vez en 1926 y estuvo rodeada de tal polémica que no se puede entender la importancia de la novela sin conocer las circunstancias en que vio la luz. Su éxito fue fulgurante en gran parte debido a su controvertido título: «Nigger heaven» es una expresión del argot americano para referirse a la parte más alta del teatro donde las localidades son más baratas y los negros están obligados a situarse. La posición geográfica de Harlem, el barrio negro de Nueva York en el alto Manhattan, se corresponde con el lugar que esa galería ocupa en el teatro. Carl Van Vechten sabía las connotaciones gravemente ofensivas de la palabra «nigger», asociada con tal fuerza a una historia de dolor que aún hoy se considera incorrecta.
Sin embargo, para el autor llevaba implícito un «simbolismo irónico» que se negó a cambiar. Tanto el título como la promoción de la novela, descrita como «un fascinante e inescrutable drama» encendieron la mecha de la polémica y del éxito. Cundieron las protestas que sostenían que el libro agredía a los negros «como un puñetazo en la cara» y no faltaron invitaciones a lanzarlo a las llamas, incluso se prohibió en Boston, pero vendió miles de ejemplares de salida y hubo que hacer reimpresiones. La polémica hizo triunfar a un libro que contribuyó intensamente al movimiento conocido como Renacimiento de Harlem que se llevó a cabo en los años veinte. De hecho, el libro funcionaba como «guía de bolsillo» para disfrutar del barrio negro que Van Vechten había puesto de moda conociendo los lugares citados en la novela.
Proxeneta busca presa
Al comienzo del libro aparece un proxeneta negro que pasea por Harlem en busca de presa, pero enseguida se da paso a un mundo culto de clase media. Los dos protagonistas, ambos negros, son una intelectual bibliotecaria con conciencia racial y un frustrado aspirante a escritor que no encuentra un material étnico adecuadamente neutro para sus libros. Ambos están recién llegados al barrio y mantendrán una relación amorosa con muchas dificultades. Mary y Byron dan nombre, respectivamente, a las dos partes en que se divide la novela. El estilo de Van Vechten no es el de un gran escritor, sus descripciones exhaustivas de vestimentas o espacios a veces entorpecen la lectura y el final resulta mucho más melodramático que «inescrutable».
Lo mejor es la variopinta galería de personajes que se mueven con la finalidad de atraer a un amplio público de blancos y negros. Cada uno es una identificable caricatura de las más famosas personalidades de Harlem, lo que haría disfrutar a muchos lectores de la época. En la introducción de la profesora Kathleen Pfeiffer cuenta que el autor y su esposa organizaban fiestas multirraciales y eran clientes habituales del Small’s Paradise, un cabaret que ofrecía a diario «jam sessions», cantantes de «blues» y camareros que llevaban las bandejas con bebidas al ritmo del charlestón. Este ambiente y su importancia histórica son los motivos por los que el lector actual puede sentirse atraído por el libro.