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Borges y el móvil

Juan Villoro reúne en «¿Hay vida en la tierra?» cien irónicas historias
larazon

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La multigenérica dedicación de Juan Villoro (Ciudad de México, 1956) a la literatura comprende desde el ensayo erudito – «De eso se trata»– a la crítica cultural –«Efectos personales»–, pasando por la crónica deportiva –«Dios es redondo»–, innovadoras novelas –«El testigo o Arrecife»– y celebrados libros de cuentos –«La noche navegable» y «Los culpables»–. Su escritura destaca por una visión social, frecuentemente antropológica, de los fenómenos estéticos, que vincula un estilo crítico-realista a la mentalidad colectiva de nuestro tiempo. Una escéptica ironía, el meditado análisis de los conflictos comunitarios, su gusto por lo absurdo paradójico y un tolerante tono humanista son los ingredientes de esta literatura que sabe combinar la ternura con el desencanto, un distanciado humor con la denuncia de lo irracional.
El azar juguetón
«¿Hay vida en la Tierra?» es un volumen de cien relatos breves y sarcástico título que incide en la cotidianidad como supremo valor de la experiencia, crónica de un día a día anecdótico y gracioso, aunque en absoluto intrascendente: «No he querido construir cuentos, sino buscarlos en la vida que pasa como un rumor de fondo, un sobrante de la experiencia que no siempre se advierte» (pág. 9), señala el autor de estas escenas que incluyen recuerdos personales, retratos del mundillo literario, surreales episodios del más habitual entorno mexicano y una entrañable visión del tradicional costumbrismo popular. De tan numeroso conjunto de variadas y fugaces historias, podrían destacarse relatos como «Amor celular», sobre el desquiciante uso actual del teléfono móvil; «Gente para todo», acerca del juguetón azar, que enlaza insospechados destinos personales; sin olvidar la paródica fantasía «Al diablo no se le cobra», la sorna moralizante de «El peluquero deprimido», la ridiculización de la vanidad intelectual en «Instrucciones para ser solemne» o la renovada mixtificación del otro yo ficticio en «¿Por qué soy Borges?», entre otras sorprendentes narraciones que coinciden en plantear, con certera comicidad, lacerantes contradicciones de la vida cotidiana. Irónica nostalgia de la ingenuidad perdida, crítica de anquilosados atavismos sociales, un cierto tono discursivo de coloquial ensayismo, hilarantes finales de extravagantes historias y un disimulado sarcasmo que nos remiten en todas las historias al mismísimo Cortázar.
Sobre el autor
Novelista, ensayista cultural, exhibe aquí sus mejores capacidades irónicas, ahondando en una humorística mirada sobre la vida cotidiana
Ideal para...
recrearse en la irracionalidad del día a día, a veces surreal
Puntuación 9