Carlotto pierde la cabeza

Según sus múltiples lectores, «La caza del turista» es la peor novela de Massimo Carlotto, considerado como uno de los mejores escritores de intriga de Italia. Las quejas son las siguientes: personajes inverosímiles y carentes de espesor, trama inexistente, una historia sin sentido y un final precipitado. En suma, una desilusión completa. Algunos le echan en cara faltas de concordancia y un veneciano le corrige que los cruceros no entran por el Gran Canal sino por el Canal della Giudecca (¡!) y otros errores. Hasta el punto de no considerarla una obra propia.

A despecho de la certeza de estas acerbas críticas de sus fans, una lectura ociosa permite disfrutar de este producto comercial intrascendente, plano y repleto de tópicos de la literatura «pulp» y del «giallo» más cutre que sigue la consigna «friqui» de lo mejor es lo peor. Resulta difícil evaluar si el prestigioso autor, cuyas intrigas tienen su puntito de crítica social, además de escribir un libro convencional a toda prisa y sin pretensiones se ha propuesto abandonarse a los registros de los estándares de las noveluchas y los «fumetti» de espías de los años 60 y que al inicio de la novela cite la malísima película de espías «The Turist», interpretada por Angelina Jolie y Johnny Deep, que transcurre en Venecia en un ambiente de frenesí, tiros y persecuciones de espías puede sugerir que Carlotto ha querido tomarla como referente.

Podría ser entendido como un divertimento, con todos los errores que cualquier fanático del autor le pueda achacar, porque de lo que se trata es de entretener con una historia demencial, unos personajes de sainete a la italiana, una trama negra rocambolesca y un asesino en serie contratado por una de las facciones de espías para asesinar, respetando su «modus operandi», a mujeres para robarles el bolso de marca, sin importarle que alguno sea de imitación, y gozar sexualmente con sus secretos más íntimos. Es cierto que este enfoque es un tanto polémico, pero todo en «La caza del turista» es tan disparatado y de chichinabo que, o el escritor ha perdido el juicio y sus editores también, o Carlotto se ha abandonado gustoso a la literatura pop de forma tan alocada que solamente un lector perverso, viciado por tontunas como esta, es capaz de disfrutar de un libro como éste.

Hay críticas a la turismofobia y los Bed & Breakfast. También al pedante comisario Brunetti de Donna Leon y la cocina veneciana: el comisario Pietro Sambo es corrupto y la cocina es casera y sin ínfulas. Además, hay dos asesinos en serie tan atípicos como para liarse entre ellos. Uno es «El turista», obligado por los espías a matar sin poder escoger a sus víctimas. Resumiendo, ¿qué les parece el enfrentamiento de dos servicios secretos de peseta, un asesino en serie reutilizado como obligado sicario, una mujer policía y una asesina psicópata que acosan sexualmente al serial killer y al comisario corrupto?, ¿no es un material digno de disfrutarse sin culpabilidad. El pulp pop más extremo.