Descansemos
Las sensaciones de una clase social que va a desaparecer se amalgaman en Némirovsky junto a las crisis del amor: de alguna manera es como si la autora, a través de la descripción de pequeños detalles de la realidad y de un minucioso análisis de las oscuridades psicológicas, consiguiera unir la angustia de las relaciones amorosas con la visión melancólica de universos sociales que se extinguirán. Como si la felicidad estuviera condenada tanto en el exterior como en el interior de sus personajes. En cierto modo, espejo de la propia vida de aquella niña, Irene Némirovsky, criada como una princesa finalmente destinada a la destrucción: hija de un banquero judío ucraniano, su familia huyó de la Rusia bolchevique y se establecieron en París. Entregada por el gobierno de Vichy, tuvo que llevar la estrella amarilla, y fue deportada a Auschwitz, donde murió en 1942.
En «El malentendido» se nos contará la historia de un hombre que vivió su juventud en la riqueza, pero que ya sin dinero tiene que trabajar. Su relación de amante con una mujer que está casada con un hombre rico mostrará la inmensa fragilidad de los sentimientos amorosos cuando se enfrentan con la realidad. Y la infinita nostalgia y el dolor del recuerdo de un mundo ya pasado, donde –dirá el protagonista– «necesitaban emociones; nosotros, en cambio, sólo necesitamos descanso».