¿Dónde ha escondido Sierra el Santo Grial?
Javier Sierra une el «thriller» y la historia, que domina con maestría, en «El fuego invisible», con la que ha obtenido el Premio Planeta
Doña Victoria no busca el grial, sino cómo nace la ideal del grial. No le interesa la reliquia sino el momento, cómo y para qué se «inventó», porque su verdadera motivación pasa por descubrir el propósito del graal o grazal –o vaso de la abundancia, caldero mágico, cáliz de Cristo– y conocer a quién sirve. Ella sabe que el adjetivo histórico, o es literario o no es nada. Durante mucho tiempo actuó como marca o propaganda, como una señal que indicaba dónde alguien preparado para ello podía llegar a comunicarse con lo inefable y lograr descodificarlo en palabras, en literatura. Así, lanza a su «quête» (búsqueda) a cuatro jóvenes talentos. Su única obsesión: encontrar de dónde vienen las ideas. Bajo esta premisa, Javier Sierra, ganador del Premio Planeta, vuelve a lograrlo: nos guía por una historia vibrante con España como territorio literario lleno de misterio, conspiración, arte, ocultaciones y necesidad de sucumbir o asesinar por todo ello.
Una búsqueda peligrosa
Narrado en primera persona, conocemos a David Salas, un doctor en Lingüística del Trinity College de Dublín, doctorado en Parménides de Elea. Con la excusa de adquirir un ejemplar de la obra «Primus Calamus» del filósofo cisterciense Juan de Caramuel, su directora de tesis le envía a Madrid, porque conoce su ascendencia española y necesita levantar las pestañas de los tomos antiguos. Pero nada más recalar en el hotel recibirá la invitación para conocer a una buena amiga de su familia, la escritora Victoria Goodman, que dirige un insólito taller literario llamado «La montaña artificial» para cuatro únicos pupilos de excepcional talento. Así, David, sin pretenderlo, se verá inmerso en una peligrosa búsqueda para dilucidar los motivos por los que murió el quinto alumno. La principal clave parece hallarse en el mito del grial y su vinculación con España. Con «Li contes del graal» de Chrétien de Troyes a modo de brújula, seguiremos a los discípulos y a la instructora por iglesias románicas de los Pirineos, el Museo Nacional de Arte de Cataluña la catedral de Valencia.
Conoceremos la teoría de los secretos, las voces de los daimones, la leyenda del Rey Pescador e incluso misterios en el madrileño Parque de El Retiro. Todo inverosímil, pero todo creíble. Con las premisas de que escribir es indagar y de que las historias nos son dadas porque algunos poseen la suerte, como Sócrates, de que seres de otra dimensión se las susurran, David Salas participará en una odisea apasionante, adentrándose en ella a imagen y semejanza del talante que gasta el propio Sierra: con un notable acervo cultural pero sin deshacerse de la mirada virgen. Por el camino asistiremos, como no podía ser de otra forma tratándose del grial como meta, con muchas coincidencias. Sucesiones de acontecimientos en las que resulta inevitable apelar a una instancia diferente, como la amistad de su abuelo con Valle-Inclán o la noche de monstruos en Villa Diodati. Borges lo explicó mejor: «Algo, que ciertamente no se nombra con la palabra azar, rige estas cosas». No faltan guiños cariñosos hacia personalidades queridas por el autor como el exitoso escritor Dan Brown o el doctor Antonio Piñero, experto en textos evangélicos, canónicos y apócrifos, a quien no pocos profesamos verdadera admiración.
Los ingredientes, la trama, el estilo y la resolución son una marca indeleble del autor, que atraviesa siempre las mismas fases: una minuciosa documentación, una exuberante creatividad y un verbo sólido, cárnico, limpio. Sierra es autor que tiende a sustantivar el mundo más que adjetivarlo, y a su prosa le viene como anillo al dedo, tal y como ha demostrado en su media docena de títulos que le han valido el beneplácito de los críticos y lectores de enigmas con sustrato histórico. No en vano es el único autor español que ha entrado en la lista de libros más vendido en EE UU con «La cena secreta».
Lector cómplice
Cada página está guiada por idéntica filosofía: situaciones impensables contadas con ritmo vertiginoso para que el lector se abandone a sus palabras de forma cómplice. Poco importa si el tema elegido son relatos bíblicos, monjas bilocadas, relojes cósmicos, «La última cena» o un cuadro del Prado, el resultado es idéntico: desde la primera línea abandonamos todas nuestras certezas dispuestos a creerle. El «universo Sierra» arranca siempre de un hecho histórico o científico, está encarnado por personajes que existen o pudieran existir y está cincelado con la idea de llenar con literatura los huecos que el tiempo ha dejado. Imposible pillarle en una infidelidad argumental
Javier Sierra es periodista, investigador y escritor, de ahí que cada palabra nazca de su necesidad de dar respuesta a no pocos enigmas que lleva años planteándose. Quienes se emocionaran con sus obras anteriores verán en ésta una continuación en cuanto a la emoción, la prosa, la limpieza de estilo y el entretenimiento considerado como una de las bellas artes. Y no saldrán decepcionados porque la palabra best-seller se inventó para definirle. Recuerden: hay un grial que quema. Que mata... O por el que matan.
Sobre el autor
Javier Sierra (Teruel, 1971) es un apasionado contador de historias. Su mirada se detiene siempre en los misterios que no hemos sido capaces de resolver y los comparte tanto en su trabajo literario como en radio y televisión. Es autor de diez obras, seis de ellas novelas de gran éxito internacional.
Ideal para...
pasar el mejor de los ratos posibles, aprender nociones de historia y mitología, situar varia iglesias románicas olvidadas y recordar a Valle-Inclán o a Rilke.
Un defecto
Por encontrarle alguno, el primer tercio de la historia es un tanto expositiva. El lector se inquieta sabedor de que a la vuelta del siguiente capítulo el fuego del grial podría arder.
Una virtud
Nos agarra por la solapa desde el inicio para suplantar nuestro sistema de creencias y nuestro mundo ordenado y sumergirnos en uno distinto nacido de su pluma.
Puntuación
9