Crítica de libros

El porvenir

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De entre los jóvenes escritores latinoamericanos que rondan los cuarenta, el nombre del colombiano Juan Cárdenas es el que sobresale con mayor distinción. Dueño de un universo disperso pero propio, con novelas breves y precisas y con las que va plasmando una obra sólida (en España ya se han editado tres), el autor de «Los estratos» presenta ahora «El diablo de las provincias», con la que se sumerge, a través de los ojos de un hombre que regresa a una ciudad de Colombia, en una realidad extraña, pegajosa, de la que le resultará complicado salir sin dar un salto. Así, el hombre que regresa a esa ciudad enana, como se la llama a lo largo de la novela, lleva consigo no solo el reencuentro con el pasado que vuelve a enfrentarse con su vida, sino también el trazo de una biografía que fue hecha de esperanzas convertidas en humo y de muchos, muchísimos fracasos que arrastra desde siempre y que, en la ciudad que lo recibe con los brazos y las garras abiertas, le devolverán la imagen borrosa de ser alguien que ya no es. Ahora, convertido en otro, en un biólogo que se gana la vida dando clases a señoritas y participando en algún proyecto relacionado con la biología, se siente un fantasma entre fantasmas.

Escrita con una sencilla claridad que teje, sin perder el ritmo, los entresijos de una trama reveladora, estamos ante una novela de pulso constante que viaja al centro de las sociedades modernas y al malestar perpetuo que anida en el seno de las culturas y ante el cual ni la política ni el sexo, ni las relaciones personales ni las creencias ni las drogas han encontrado solución. Ante el desmoronamiento del deseo y de las identidades, la novela de Cárdenas, en ese sentido apuesta por una literatura que lejos de ofrecerse como una respuesta a los problemas actuales, se escribe, en tiempo presente, parece, desde el porvenir.