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Foucault, el péndulo sigue oscilando

larazon

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Poco antes de la muerte de Michel Foucault, tal vez el más emblemático filósofo de la modernidad, Miguel Morey había publicado este ensayo interpretativo de su pensamiento defendiendo centrarse en la indagación o arqueología del saber que utilizaba en sus obras más importantes. Era el año 1983 y se proponía, como indica el título del libro, una lectura global y unitaria de la obra de Foucault, ya imprescindible en la historia de las ideas por entonces. Pero, casi vertiginosamente, el pensador murió poco después y se publicaron simultáneamente los dos últimos volúmenes de la «Histoire de la sexualité» («L'usage des plaisirs» y «Le souci de soi»). El libro de Morey pasó a ser un rarum, una joya preciosa y buscada, que se convirtió en carum: los estudiantes hispanohablantes de Filosofía contemporánea de ambas orillas del Atlántico se afanaban en conseguirlo de segunda mano o fotocopiado para desentrañar el pensamiento foucaultiano en una de las lecturas más sugerentes y completas que se habían hecho de él. Tal es la «arqueología» de «Lectura de Foucault» de Morey, una auténtica «caja-de-herramientas», en el sentido de que el propio Foucault da al libro y a la reflexión teórica.
Morey no quiso elaborar o reelaborar un sistema sino más bien procurar herramientas para la pesquisa de los conceptos clave y las grandes dicotomías, que hay en la obra del filósofo francés: desde la razón y la sinrazón, al orden, el lenguaje, el cuerpo o el poder. Obras tan representativas como la «Histoire de la folie» , «Naissance de la clinique» y «Les mots et les choses» (su trilogía inicial e indispensable) o libros angulares de su pensamiento, «Surveiller et punir» o «Histoire de la sexualité», son esquematizadas sagazmente en su contexto de la manera más atractiva. Por supuesto, está fuera de nuestra pretensión dar cuenta del recorrido teórico y el enorme alcance de la obra de Foucault, ya que de eso se encarga mejor el libro que tengo entre manos, que le presenta al fin simplemente como un filósofo, sin adjetivos, pues siempre se le solía definir con un sintagma que le hacía en filósofo «de algo»: la ciencia, la cultura, etc. Ahora, merced a los buenos oficios de Sexto Piso, tenemos al fin, treinta años después, la reedición de este libro básico. Uno puede preguntarse qué pasa con lo que de Foucault se publicó después de 1983, si no ha sido ampliado o tenido en cuenta. No: el autor ha preferido conservar esta lectura «tel quel» y ha optado por darle a la editorial otro volumen, «Escritos sobre Foucault», que recoge lo más granado de sus opiniones sobre el autor en estos treinta años.