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Hacia un país sin enchufes

Luis Eduardo Cortés publica una fábula sobre un país ficticio donde importan los méritos. «congostium». Luis Eduardo Cortés. gadir. 249 páginas 17 euros.
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«Los españoles podemos llegar a tener un nivel de educación estupendo y hacer las cosas muy bien, pero para eso tenemos que corregir algunas cosas negativas que nos lastran siglo tras siglo», dice Luis Eduardo Cortés, actual presidente de Ifema y dirigente del PP madrileño durante más de dos décadas, para explicar el motor de la novela que acaba de publicar, «Congostium», una sátira política sobre un país en el que lo que cuenta no son los enchufes y el amiguismo, sino el mérito. A ese país europeo y fantástico llega Amadeo Escolano, un enviado del Gobierno español que intentará descubrir cuál es el secreto para eliminar el «mal de siglos» del que habla Cortés

Un sistema de puntos

Está escrita con humor y un poco de mala leche. «Bueno, creo que es un poco surrealista y que se dicen cosas serias, que se pueden tomar en consideración, pero siempre desdramatizando», dice Cortés, alguien que «no se concibe a sí mismo» sin ser político. «La novela está influida inevitablemente de eso: creo que conozco las raíces de los problemas que tenemos, no sólo en España, sino en el mundo». «El asunto de los enchufes es un deporte nacional, no sólo en política. En cualquier actividad humana eso está presente y los anglosajones lo entienden poco, pero forma parte de nuestra idiosincrasia. El segundo aspecto, el de la devaluación de los cargos públicos, es muy importante. ¿Cómo es posible que tal o cual persona haya llegado a ser presidente de un país o nivel alto de la Administración? En España tenemos que exigir una preparación para cargos de responsabilidad que te da la sociedad, el pueblo español. Te dan poder y medios para utilizarlos y por eso hace falta una preparación. Y eso es lo que hacen en "Congostium", a base de un baremo de puntos. Todos los individuos son electores, naturalmente: una persona, un voto. Pero no todos son elegibles. Para poder serlo para un cargo de responsabilidad hay que demostrar que a lo largo de una vida uno se ha preparado y logrado un nivel de puntos alto», resume Cortés. La preparación, según él, es la clave. «El día que seamos conscientes de que un pueblo con una educación sólida tiene mucho futuro, tendremos mucho camino hecho», asegura. «Tanto el saber humanístico como el científico son válidos, todas las opciones son buenas». En Congostium había siete lenguas cooficiales. «Y decidieron inventarse una nueva, pero como era imposible, adoptan el latín, que está ahí, latente. Creo que en España hay que proteger las lenguas cooficiales, pero no perder de vista que hay una común que es patrimonio de todos y obligación de todos», dice Cortés, que asegura que le ha mandado el libro a «muchos políticos». «Creo que se puede leer sobre todas estas cuestiones con ironía y sin enfado. El 90% coincidimos en los problemas, pero hacer las cosas bien es distinto. Es un esfuerzo común», lamenta Cortés.
Pillo, sinvergüenza o... famoso
«En los países anglosajones es inconcebible que alguien presuma de hacer trampas o de copiar en un examen», dice Cortés, cuya mujer es británica. «No lo entienden. Y eso que nuestras culturas tienen las misma raíz, el humanismo cristiano de Grecia (en la imagen , «La escuela de Atenas», de Rafael) y Roma. Pero mientras aquí el pillo o el sinvergüenza, o eso que ahora llamamos famoso, siga siendo héroe nacional, vamos por mal camino». «La televisión podría ayudar, pero va en contra de la cultura».

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