Kafka metido a detective
Qué sucede cuando a una detective tan peculiar como Claire DeWitt le encargan encontrar a una persona desaparecida tras el huracán «Katrina» en Nueva Orleans? Sucede algo imprevisible: que la búsqueda se convierte en un paseo por una ciudad desolada, repleta de niños perdidos, en donde importa más la indagación sobre el detective mismo que sobre el caso a resolver. «Claire DeWitt y la ciudad de los muertos» no es una novela policiaca al uso. Tiene más de metanovela policiaca, de investigación sobre el proceso de investigación, que de intriga criminal. Un relato escrito con intención de marcar una línea divisoria entre lo que se entiende por novela negra y la retórica que debería conducir a una filosofía un tanto surrealista de un nuevo tipo de novela criminal. Decir que la pasión por Chandler está presente a lo largo del relato de Sara Gran es tan obvio como el delirante estilo de David Lynch que guía a la autora, que trata de conservar una línea argumental rota por relatos paralelos y sueños. Esta extraña conjunción de realismo y onirismo produceuna sensación de realidad alternativa, entre el realismo del relato policiaco y la irrealidad de un mundo sacudido por un huracán que ha dejado la ciudad en carne viva, repleta de niños asesinos, y busca, simbólicamente, aunar tan contradictorios elementos. Ha de leerse el relato de Sara Gran como una novela kafkiana. Abandonarse a su rica prosa y tratar de suspender el juicio crítico que pide que la lógica acabe explicando lo que su autora deja bien claro desde el inicio, que todo es lo que parece y que nada será como se espera. Las citas del libro «Détention», del supuesto criminólogo francés Jacques Silette, que la protagonista lee como el manual del perfecto detective, son tan incoherentes como poéticas, inútiles para encontrar el camino del enigma, pues es el enigma mismo el que el detective ha de resolver en sí mismo para poder llegar al fondo de la verdad. Por eso Claire DeWitt toma drogas, consulta el I Ching y utiliza sus sueños para encontrar la vía de acceso al misterio, entre el psicoanálisis y la mística.
Pequeño disparate
Una cita de Silette resume la intención de la autora y el objetivo de esta novela, en la que el cliente contrata a una detective no para resolver un misterio sino para probar que el misterio puede ser resuelto: «"Détection'' era exasperante. El libro es notoriamente complicado, a veces disparatado, siempre contradictorio, repite las malas noticias y nunca las buenas, no te cuenta nunca lo que quieres oír, siempre está fuera de tu alcance».