La más traviesa Szymborska
Malpaso publica, por primera vez en un único volumen, todos los artículos de la Nobel polaca (una de las voces más influyentes de la poesía universal), a quien nada de lo humano le es ajeno: literatura, cine, antropología, historia... que aborda con sabiduría y sentido del humor, aunque podemos decir sin faltar a la verdad que no hay tema tratado por su prosa que no haya sido anteriormente atendido en sus poemas. Este volumen imprescindible reúne las colecciones «Lecturas no obligatorias», «Más lecturas no obligatorias» « y «Siempre lecturas no obligatorias», donde hay espacio suficiente para la opinión, para la experiencia personal, para reflexionar y debatir, para dejar preguntas en el aire... Páginas concebidas en su origen como reseñas de todos aquellos libros que por norma general no tienen cabida en los diarios ni en los suplementos especializados (biografías de personajes desapercibidos, tratados de bricolaje, manuales de estadística, meteorología, moda...), pero la autora pronto se apartó de su intención inicial para actuar con mucha mayor libertad y llegar a algo más personal e inclasificable.
Viajes en el tiempo
Su prosa es una cita, un punto de encuentro entre Szymborska y el público. Hay, en cierta manera, una ruptura de la pared que separa a emisor de receptor. Tiende la mano al lector con todas las consecuencias, no como un gesto metafórico, sino como un deseo de comunicación de doble direción. Estas ligeras piezas –que son el sutil envoltorio que recubre un pensamiento humanista tan complejo como universal– analizan asuntos de diversa y curiosa índole: botánica, astronomía, religión, decoración, zoología, técnicas de relajación, gastronomía, la quema de brujas, los viajes en el tiempo... Hay un lugar en sus páginas para cualquier disciplina y materia, como si quisiera poner de manifiesto que la literatura es todo, y que absolutamente todo es literatura. En la mayoría de las ocasiones el libro es un pretexto para reflexionar en voz alta sobre cuestiones de fondo que se plantean en la obra o que atormentan a la escritora: nuestro lugar en el cosmos, la evolución humana, nuestra forma de vivir, nuestra relación con otros seres vivos y el mundo que nos rodea.Todo lo aborda con la misma pasión, con idéntica agudeza, con juicios certeros, cuente lo que nos cuente. Un prodigio de claridad, concisión y honestidad.
Digna heredera de Pascal, plantea en sus obras las preguntas más sencillas, aquéllas para las que no hay respuesta pero que anidan en la esencia pensante humana: ¿qué somos?, ¿de dónde venimos?, ¿qué hay más allá?, ¿estamos verdaderamente solos? Es así como la prosa szymborskiana pretende llegar al conocimiento, con una predilección especial por las preguntas en lugar de las respuestas. Es difícil encontrar pesimismo en Wislawa Szymborska, como mucho, una doble ración irónica o una imperturbabilidad zen, con cierta retranca, siempre. Como ella misma diría, a veces la «invaden las ganas de ser traviesa», como cuando adjudica a conocidos escritores el oficio que le sugiere su aspecto: «Balzac parece un posadero; Joyce, el contable de una funeraria; Eliot, el director de una clínica psiquiátrica; y Heinrich Mann, un farmacéutico que ha decidido envenenar a toda la población».
Tras la apariencia de un libro menor, casi de ejercicios de digitación, encontramos un delicioso volumen abordado con palabras cálidas y escépticas, juguetonas y confidentes, ingeniosas y delicadas. Todo ello es lo que la convierte en una autora adictiva.