Mi maestro
El año pasado, «La España vacía», de Sergio del Molino (Madrid, 1979), obtenía un rotundo éxito de crítica y público, realmente merecido por su potente pulsión narrativa y una no menor perspicacia sociológica, poniendo de manifiesto la desertización de los pueblos que vivió nuestro país entre 1950 y 1970 y sus inevitables consecuencias hoy. Una novela, «La mirada de los peces», pone de nuevo de actualidad a este interesante autor, a través ahora de un relato de ficción autorreferencial basado en su propia adolescencia en un instituto zaragozano y su admiración hacia Antonio Aramayona, quien fuera respetado profesor de Filosofía y, en sus últimos años, controvertido activista social. Una fascinación personal que se ve también aquí matizada por los claroscuros de un magisterio moralista, algo rígido y acaso un punto dogmático. El programado suicidio del maestro intensifica el dramatismo de una historia que cuestiona la mitificación oracular del intelectual, al tiempo que reconoce el rigor de la libre conciencia .
Es esta también una novela de aprendizaje juvenil de la vida, con presencia de las ilusiones profesionales, los conflictos familiares, las lógicas rebeldías generacionales y algún que otro desengaño amoroso; en suma, una educación sentimental vinculada al protagonismo del azar, la orientación de la conducta, el paso del tiempo y la nostalgia del pasado. Porque la historia, de un acusado testimonialismo documental, incluye una melancólica reflexión sobre el recuerdo, acerca de la necesidad de recordar y también de olvidar, de filtrar la memoria en aras de la anhelada felicidad del presente. Con un ágil ritmo narrativo y un inmejorable tono argumentativo, el libro logra una acertada reflexión sobre la mitificación de los referentes éticos y la asumida madurez personal.